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–¿Cómo quedó el espíritu después de los ataques por su afiliación?
–No hay que entusiasmarse con las victorias ni desilusionarse con las derrotas. Siempre hay una revancha, como en el deporte. Yo jugué mucho rugby. Estuve en dos mundiales juveniles con la selección paraguaya. A uno le pueden hacer un tanto y muy rápidamente tener la oportunidad de recuperarse. Lo que queda finalmente es la convicción. Lo que uno no se puede pegar es el lujo de caer emocionalmente. Eso también es un buen ejercicio para un cargo de responsabilidad como este donde uno está expuesto a los golpes constantemente.
–“Falta de dignidad”, fue lo más liviano.
–La falta de dignidad está en función a las cosas que uno cree y a los valores que uno tiene. Recibí cientos de mensajes de apoyo. Sin embargo, todas las críticas fueron públicas. Yo creo que el tiempo va a demostrar. Soy la misma persona que era el 28 de octubre antes de afiliarme. Me siento identificado con el trabajo que venimos haciendo desde el Gobierno. Es importante que la gente joven sepa también que el Partido Colorado está dispuesto a recibir a gente independiente como también a afiliada a otros partidos.
–¿El despido no iba a potenciar más su capital político?
–Mi objetivo no fue convertirme en político. Yo no estoy buscando ser un candidato de algo. Ese no es el mensaje. El mensaje era jugarse por algo que cree que es lo correcto.
–Ahora se habla, se baraja su candidatura: “Santiago Peña-Gustavo Leite” o “Santiago Peña-Roque Santa Cruz”, Alliana.
–La pregunta es quién va primero (se ríe). Yo no puedo predecir lo que puede pasar. Desde que volví hace cuatro años después de haber trabajado en el Fondo Monetario en Washington y me designaron en el Banco Central, ya decía en mi primera entrevista: “No sé lo que puede pasar más adelante”.
–¿Qué responde a los economistas y exministros de Hacienda que aseguran que se ha acelerado el endeudamiento y que esto puede ser insostenible en un futuro próximo?
–Estamos a las puertas de campañas electorales. Los opositores y los disidentes del Partido Colorado se quieren tomar del lado más sólido de esta administración. Si hay algo que no van a poder encontrar es un punto flojo en nuestro desempeño económico. Ninguno de los economistas o exministros de Hacienda que nos critican pudo demostrar hasta ahora con números las preocupaciones que remarcan. Es simple retórica. El desempeño de la deuda es extremadamente prudente, razonable, a largo plazo. Vaya y pregunte a la gente que vive en Luque cuánto aumentó el precio de los terrenos. Vaya y pregunte a la gente que vive en Limpio, en Mariano Roque Alonso, cómo se está dinamizando toda la zona por la infraestructura que se está construyendo. A la gente que dice que aumentó el endeudamiento, yo le digo que sí, porque aumentó la inversión y la inversión está trayendo progreso y le da oportunidades a la gente. Pregúntele a la gente que vive en Alto Verá, cerca de Fram en Itapúa. Era el distrito más pobre. La ciudad empezó a florecer después de la construcción de rutas. Se están abriendo comercios, el sector productivo se instaló ahí. Hubo 40 años de gobiernos que no han invertido porque prefirieron alimentar a su clientela política. Paraguay es el país con el menor nivel de deuda pública de toda América Latina.
–¿Eso es motivo de orgullo?
–No. Es motivo de preocupación porque también somos el país más atrasado. Paraguay tiene el menor nivel de deuda comparado el PIB. Eso no lo decimos solo nosotros, lo dicen las calificadoras de riesgos, los bancos multilaterales de inversión que son los que nos prestan plata. Ellos son los que tienen que decir si realmente esto es sostenible o no. Nuestro crecimiento es, de lejos, el más alto de la región. No podemos desconocer que la inversión pública: la ruta a Limpio, el superviaducto, el metrobús y los programas sociales han traído una ventaja importante. Se va a beneficiar a 100.000 personas. Esto que hacemos no es populismo. Son inversiones para todos.
–Hay sectores políticos y económicos que insisten en aumentar los impuestos. ¿Por qué se niega el gobierno?
–No podemos hacer eso mientras tengamos niveles de evasión muy altos. Nuestra política ha sido cobrar el impuesto a todos, reducir la evasión, la informalidad. Hemos tenido mucho éxito. Las recaudaciones aumentaron de 17 a 18% este año y la economía crece al 8%. La diferencia es que está aumentando la formalización.
–¿Cuánto va a crecer la economía en el 2016?
–La proyección oficial del BCP es del 4%, pero los números indican que va a estar por encima: 4,2% o 4,3%. El Banco Central y el Ministerio de Hacienda van a hacer un balance del año y las perspectivas para el 2017 el día 5 de diciembre. Con esta tasa del 4,2% Paraguay va a ser el país con mayor crecimiento de Sudamérica.
–¿Más que Bolivia?
–Más que Bolivia, más que Perú, más que Colombia, más que todo el resto de la región.
–¿Cuál es la proyección para el 2017?
–Para el 2017 tenemos una estimación conservadora de crecimiento que es del 3,7%. Está condicionado al desempeño del sector agrícola. Allá por marzo, abril, vamos a tener resultados. Dependerá de la lluvia, los precios internacionales.
–Y del año electoral. Hay mucha preocupación por el despilfarro en que puede incurrir el Gobierno.
–El Gobierno ha dado demasiadas pruebas de su apuesta por la transparencia, por el acceso a la información pública para que la ciudadanía pueda comprobar lo que estamos haciendo o dejando de hacer. Hemos mantenido un crecimiento económico vigoroso del 3% en 2015, muy por encima del crecimiento de la región. Este año estamos mejor.
–¿Es posible detener el despilfarro en esos salarios especiales, gratificaciones, autoaumentos? Por lo menos en el Congreso se echaron para atrás. La gente estaba indignada.
–La reacción también fue del Poder Ejecutivo que decidió eliminar ese pago. Eso se aprobó a la mañana en la Cámara de Diputados y al día siguiente el Presidente de la República anunció que estaba eliminando eso.
–¿No vino la inversión extranjera como se esperaba?
–No vino todavía, ya que Paraguay sigue siendo un gran desconocido, inclusive para nuestros vecinos. Me sorprendió gratamente un artículo que publicó The Economist de Londres, titulado: “Lecciones de polca”, con una visión muy positiva del Paraguay.
–El diario O Globo se alarmó por lo que dijo el ministro de Industria y Comercio (Gustavo Leite) de que Paraguay va a ser la China de Brasil.
–El 80% de la inversión extranjera es brasileña. Paraguay genera muy buena expectativa. Cuando la economía de la región se empiece a recuperar ya va a encontrar al Paraguay bastante sólido para recibir la inversión extranjera.
–¿Piensan que se les va a quitar trabajo?
–No. Paraguay es una oportunidad para Brasil. No les vamos a quitar empleo a los brasileros. Al contrario, se va a permitir a las empresas brasileras que hoy están comprando sus productos en Asia puedan producir en Paraguay.
–¿Cómo se condice con la idea de (Donald) Trump de impedir que las empresas norteamericanas vayan a instalarse en México y en el exterior?
–¿Cuántas de las promesas de las campañas políticas se trasladan a políticas públicas? Cuando Lula ganó la Presidencia en el año 2003 hubo un miedo enorme hacia los cambios radicales. Sin embargo, fue muy moderado en su primer mandato. Puso hasta economistas ortodoxos en el Ministerio de Hacienda y en el Banco Central. El ministro de Hacienda actual del presidente (Michel) Temer fue el presidente del Banco Central de Lula.
–¿Por qué el Paraguay no puede llegar a ser la Daylan de China (la cabeza de puente de Japón para vender su tecnología a China) no solo para Brasil, sino Argentina?
–Paraguay ofrece oportunidades de ser una plataforma no solamente para Brasil o para Argentina, sino para toda la región. Este es un país bendecido. Tenemos enorme ventaja pero necesitamos seguridad jurídica.
–Y ¿por qué no podemos tener seguridad jurídica?
–Necesitamos un Poder Judicial sólido, institucionalizado, totalmente blindado de las presiones políticas coyunturales. Ahí tenemos que reconocer que la Constitución del 92 le dio excesivas potestades al Parlamento. El Parlamento ha influido bastante en la erosión de esa institucionalidad que necesita el Poder Judicial.
–¿Los ministros de la Corte están supeditados a los parlamentarios?
–Y bueno, hace más de un año tenemos tres ministros de la Corte que están en un proceso de juicio político que todavía no se resuelve. Cuando surgen contradicciones como esta en nuestra democracia, pienso que la ciudadanía tiene que empoderarse para que al Paraguay le vaya bien. Eso no implica que todos se vuelvan funcionarios. No. La sociedad civil, cada vez debería involucrarse más para que se hagan bien las cosas.
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