“Padrinos” propondrán los cambios en la Justicia

La designación de ministros de la Corte y del TSJE ha sido desde la vigencia de la actual Constitución, resultado de un cuoteo partidario movimentista antes que consideraciones de principios doctrinarios. Todo indica que esta práctica se repetirá de nuevo.

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Este año se elegirán a 3 nuevos ministros de la Corte Suprema de Justicia para reemplazar a una de extracción colorada (Alicia Pucheta) y a dos liberales (Óscar Bajac y Sindulfo Blanco), además de un miembro liberal (Ramírez Zambonini) del TSJE. Los poderes fácticos que elegirán a los nuevos ministros se mantienen ocultos, y poco o nada tendrán que ver con las instituciones y los procesos a seguir para tales nombramientos.

Hasta ahora, los nombramientos de ministros de la Corte se hacían como resultado de “pactos azulgranas” entre colorados y liberales. Cuando se encaraba la renovación total o mayoritaria de los miembros de la Corte, los colorados se quedaban siempre con la mayoría, los liberales con la primera minoría. Después fue necesario incorporar por lo menos a uno de la tercera fuerza.

En el caso del Tribunal Superior de Justicia Electoral, de tres miembros, primero fue con dos colorados y un liberal y últimamente el tercero es uno de la tercera fuerza o independiente.

En esta coyuntura, quienes perderán mayor cantidad de ministros son los liberales: dos de la Corte y uno del TSJE, pero el PLRA no se encuentra actualmente en condiciones de disputar con sus adversarios para conservar esos lugares. Es posible que el oficialismo partidario (efrainista) no consiga siquiera entrar en negociaciones, ya que el “llanismo” controla desde la oposición interna mayor cantidad de senadores y diputados.

La disputa fuerte se dará entre el cartismo y abdismo colorado para tratar de conseguir dos de los tres ministros de la Corte. El que pierda entre los colorados (cartismo vs. abdismo) se quedaría con un ministro y el PLRA conservaría su cupo en el TSJE (en vez de R. Zambonini) al solo efecto de “mantener el equilibrio”.

Se supone, en consecuencia, que cualquiera sea el resultado del proceso de selección, los verdaderos electores serán el presidente electo Mario Abdo Benítez, el presidente Cartes y el senador Blas Llano.

Evaluación y transparencia

La forma de evitar que los dirigentes políticos con mayor poder de influencia se repartan los ministros de la Corte es que el Consejo de la Magistratura realice una evaluación de los candidatos con criterios de excelencia, tanto a nivel profesional como en su integridad personal. A esto debe agregarse que todo el proceso sea transparente para que cualquier ciudadano pueda verificarlo. La presión de la ciudadanía es clave para que esas condiciones se den.

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