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El senador Miguel A. Saguier empezó citando el “arreglo” entre Horacio Cartes y Alicia Pucheta, mencionando aquel Twitter del Mandatario en que confirmaba que su plan era ser reemplazado en el Ejecutivo por la exministra.
Recordó que como parte de aquel plan, Pucheta firmó la resolución que habilitó la candidatura a senador de Cartes, quien debe ser senador vitalicio según la Carta Magna, sabiendo que ella lo reemplazaría. “Eso se llama prevaricato”, dijo Saguier, a lo que sumó una acusación de “cohecho pasivo”.
En el 2004, Pucheta mintió para llegar al cargo de ministra de la Corte, expresó Saguier, por su discurso sobre la inamovilidad. Refirió entonces que cumpliría con la Constitución, que establece cinco años de mandato de un ministro de la Corte; sin embargo, en el 2008 declaró inamovibles a sus colegas y en el 2009 ella obtuvo también ese privilegio, basándose en la cuestionada figura de “certeza constitucional”. “Yo le voté para que sea ministra (...) Me mintió a mí”, indicó dicho el legislador.
En 1987, siendo jueza durante la dictadura, Pucheta le negó a Juan Carlos Galaverna (ANR) retornar al país del exilio. “Cómo es posible que alguien que tiene formación jurídica viole los DD.HH.”, aseveró Saguier.
La senadora Desirée Masi (PDP) agregó el caso Darío Messer, ya que Pucheta firmó la nacionalización de ese ciudadano, el más buscado ahora por la justicia del Brasil bajo el cargo de lavado de dinero y otros delitos.
Masi citó además la resolución emitida para que los ministros de la Corte no presenten su declaración jurada de bienes y el reconocimiento que hicieron de la sesión “mau” del Congreso, así como el cambio inconstitucional de los integrantes del Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, sacando a disidentes para ubicar a cartistas.
“Esta señora no nos representa (...), una mujer que ha demostrado desde el 2006 una absoluta sumisión al poder de turno”, manifestó la legisladora.
Pese a esos antecedentes, los cartistas como Lilian Samaniego y Clemente Barrios intentaron en todo momento defender la imposición de Cartes a Pucheta como vicepresidenta, citando los supuestos méritos, medallas, reconocimientos y usando incluso como argumento la cuestión de género.