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El documento de once páginas revela que Garcete fue un militar promedio promocionado ordinariamente conforme los estatutos militares. El despegue de su carrera llegó poco después de que Fernando Lugo llegara a la presidencia. En diciembre de 2010, después de estar al borde del retiro con siete años en el grado de coronel, Lugo lo ascendió a general de Brigada y a partir de ahí fue promocionado hasta llegar a la Comandancia de la FF.MM. a finales de 2013, en menos de tres años.
Lo otro que llama la atención es la sarta de medallas bastante singulares que recibió. En un despliegue de tres páginas de su foja de servicio sobresalen las cinco medallas entregadas por cumplir 10, 15, 20, 25 y 30 años de servicio, el premio al mejor en conducta o la otorgada por la Sociedad de Terapia Intensiva del Brasil. Tampoco faltan las medallas que las diferentes armas ordinariamente entregan a todos los comandantes de las FF.MM, por el solo hecho de ocupar el cargo.
Como era de esperarse lo que no aparece en la foja de servicio es el aplazo en 1996 cuando estaba en el curso de Comando. De acuerdo con las denuncias Garcete se aplazó en Operaciones Ofensivas. El Cnel. Miguel López, instructor del curso, no quiso cambiar la nota y fue castigado y enviado a la 5ª División de Infantería en Lagerenza, en el fondo del Chaco. Las denuncias publicadas por nuestro diario revelaron que Garcete fue el único de 48 alumnos que se aplazó. Cuatro comisiones examinadoras se ratificaron en el aplazo, pero igual cambiaron la nota de 2.95 a 5.45. Según las publicaciones, el general retirado Miguel E. Fariña Florentín, jefe del curso que favoreció el cambio de calificación está hoy en Itaipú con un salario de G. 53 millones.
Garcete pasó poco tiempo al mando de tropas y muchos años como relacionista público y encargado de DD.HH. según el currículum que los militares pusieron como clasificado, reservado y secreto. El abogado Víctor Galeano Perrone, amigo personal del presidente de la República, Horacio Cartes, y uno de los tres abogados de Garcete dijo que el militar era “brillante” y había tenido una destacada actuación en el golpe del 2 y 3 de febrero del 89. Sin embargo, en esa época Garcete era un Tte. 1º de Caballería que estaba como instructor. Casi dos años después recién fue ascendido a capitán por el entonces comandante de las FF.AA., Gral. Andrés Rodríguez.
Batalla por información
Los militares se habían negado rotundamente a entregar la foja de servicio del Gral. Garcete y a cumplir con la ley de acceso a la información puesta en vigencia por el presidente Cartes. Aseguraban que se trataba de una información secreta y reservada. Nuestro diario tuvo que presentar una acción judicial para exigir el cumplimiento de la ley y esperar un fallo judicial favorable. Solo después fue posible acceder al documento público.