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Con una declaración de los obispos sobre la marcha del proceso judicial sobre la masacre de Curuguaty, culminó ayer en la Casa de la Familia Salesiana de Ypacaraí la 209ª asamblea de la Conferencia Episcopal Paraguaya.
En la reunión de prensa con los periodistas, el presidente del colegiado episcopal, Mons. Edmundo Valenzuela, reclamó una “justicia pronta y barata en este caso”.
El actual arzobispo de Asunción indicó que el proceso está resultando muy largo y complejo y urge “una pronta definición”. Agregó que los obispos esperan una justicia correcta y que no ocurra lo que muchas veces pasa en Paraguay: “Se libera al culpable y se condena al inocente”.
Preguntado si la jerarquía duda del proceso, indicó que como pastores no pueden inmiscuirse en el caso, pero sí reiteró que se está alargando el proceso y que debería culminar ya.
El 15 de junio de 2012 hubo un enfrentamiento entre campesinos y policías, en el que 17 personas perdieron la vida tras el desalojo de una propiedad.
En el documento los obispo manifiestan: “Creemos sinceramente que el esclarecimiento de los hechos ocurridos ayudará a la paz social. Un proceso que se dilata y posterga denota una situación injusta y promueve tensiones entre los diferentes sectores de la sociedad. Compartimos la perplejidad de muchos ciudadanos ante hechos mencionados en la opinión pública con relación a los involucrados campesinos procesados y fuerzas policiales”.
Los pastores consideran que los órganos públicos deben garantizar la transparencia del proceso y la indubitabilidad de sus acciones para que la sentencia que emane sea verdaderamente justa para todos los actores y sectores involucrados. Agregan que para edificar una sociedad pacífica y lograr el desarrollo integral de los individuos y de la nación resulta esencial la defensa y la promoción de los derechos humanos de todos. “La responsabilidad social, el respeto a las leyes y el cumplimiento de los procesos judiciales civiles y penales dan solidez a la construcción de una sociedad justa y segura para todos los paraguayos y extranjeros que habitan el suelo patrio”, resaltan en otra parte del comunicado.
Consultado Valenzuela acerca de qué opina de la renovación de la Corte, indicó que todos los paraguayos anhelan una justicia transparente e independiente. “Como Iglesia queremos que la moralidad se instaure y que se evite la corrupción que justamente padece el Poder Judicial”.
A la pregunta de si apoyan la destitución de los ministros, indicó que no pueden opinar en ese sentido, pero anhelan que los cargos sean ocupados por personas de moral alta, transparentes, comprometidos con la verdad e independientes para impartir justicia.