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Los pastores emitieron un comunicado en el que cuestionan el narcotráfico, abogan por la independencia judicial, la solución al caso Guahory y reiteran la defensa de la vida.
“Manifestamos nuestra preocupación por la evidente y activa presencia del narcotráfico cada vez más creciente en la sociedad y en la esfera política y que está permeando, inficionando y cooptando a todas las familias. Clamamos por la urgente salud moral de la nación, tarea de todos”, afirma el documento que fue leído por párrafos por los obispos Edmundo Valenzuela y Joaquín Robledo. Agregan que la institucionalidad del Estado está seriamente comprometida y consecuentemente se ve degradada en su esencia natural, que es la de buscar el bien común y la dignidad de cada persona humana.
A la consulta de si el narcotráfico influye en el gobierno actual, Valenzuela indicó que la respuesta es compleja porque el tráfico de drogas se acarrea de hace años y durante varios gobiernos y se nota su amento en toda América y el mundo. Agregó que hay personas y grupos que quieren legalizar la marihuana y hay que estar atentos porque las drogas son las causas de violencia y de que muchos jóvenes no tengan posibilidades de estudiar ni de trabajar. Preocupa a las familias porque ha aumentado excesivamente el número de jóvenes víctimas; entonces, solo se puede parar cuando el Estado se decide con sus organizaciones a frenar y controlar el efecto que está teniendo en las familias. Apuntó que el narcotráfico se da cuando hay autoridades y políticas que favorecen este ilícito criminal.
Los obispos también reconocen la sanción de la Ley de Acceso a la Información, pero advierten que aún existe fuerte injerencia de otros poderes del Estado en la máxima instancia Judicial. Piden a los jueces “encarnar” el valor de la justicia y la verdad, independientes de presiones extrañas al oficio.
Sobre el conflicto de tierra en Guahory, los pastores valoran la apertura de las autoridades competentes para resolver a tiempo y con sabiduría los frecuentes conflictos, mediante el diálogo y la cultura del encuentro. Finalmente, exigieron la defensa de la vida, del matrimonio y condenaron el aborto y la eutanasia.