Nuevo rector admite ser fruto de la revolución y pide renunciamientos para que retorne la paz

El nuevo rector de la Universidad Nacional, Lic. Abel Bernal, exdecano de la Facultad Politécnica, pide renunciamientos para que retornen la paz y la normalidad a la casa de estudios. “Soy producto de la revolución”, afirma en esta entrevista, en medio de su febril actividad de reencauzamiento institucional desde que fue elegido el viernes. Bernal promete impulsar la reforma de los estatutos y la reforma presupuestaria. Asegura que no habrá represalia contra nadie ni despidos injustificados.

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–¿Se considera producto de la revolución?

–Sí, soy producto de la revolución. Realmente es una pena todo lo que pasamos, pero se veía venir...

–Proceso traumático, desenlace inesperado...

–Sí, pero se veía venir. Había muchas inquietudes desde hace bastante tiempo, no solo desde el estamento estudiantil. Los decanos no supimos satisfacer a tiempo. No estábamos haciendo bien los deberes en ciertos aspectos; no en todos. Hay que reconocer que hay facultades que funcionan muy bien. Lastimosamente, en esta revolución, como usted dice, estamos metidos todos en una sola bolsa y hay que aceptar. Son las reglas...

–¿Va a llevar a la paz a la Universidad?

–Esa es la intención.

–¿Tenía previsto llegar de repente como rector?

–Ni tuve tiempo de pensar. No estuvo en mis planes, en absoluto. El jueves a la tarde se me acercaron los representantes de todos los estamentos: estudiantes, docentes, los decanos sobrevivientes, los graduados y demás amigos. Me convencieron y estoy aquí para emprender la lucha...

–¿Una pelota tata?

–Realmente fue así, una pelota tata. Pero me insistieron: “Abel, ¡agarrá!”. Y bueno, los estudiantes me manifestaron su simpatía. Pedí unas horas para consultar con mi familia, mis colegas, amigos, mi consejo directivo. Finalmente, consideré que tenía el apoyo de todos. Me presenté y fui elegido por unanimidad. Reconozco que la carga es muy pesada. Las dificultades que están padeciendo los estudiantes, los colegas docentes, los funcionarios, son bastante complejas...

–La falta de pago de salarios calentó más todavía el ambiente...

–Exactamente. El lunes, yo no voy a hacer oficina en el Rectorado. Voy directo al Ministerio de Hacienda para hacer reconocimiento de firma. Tengo que ir a los bancos...

–Para usted, ¿se pudo haber evitado todo?

–No podemos suponer lo que pudo haber pasado. Se cerró el diálogo y esto fue como una olla a presión a la que le explotó la tapa.

–Y salpicó hasta el techo...

–Tuvo un efecto tipo tsunami que se contagió hasta al interior...

–¿Cuáles son sus prioridades?

–Escuché a los estudiantes, especialmente de aquellas facultades donde tienen problemas con sus autoridades. Yo les pedí tiempo porque quiero escuchar también a sus autoridades. Mi intención es integrar una mesa de diálogo para buscar un punto de solución. El diálogo es la mejor herramienta. Los problemas varían entre una y otra unidad académica...

–Hay posiciones muy radicalizadas. Filosofía pide la renuncia de la decana. La facultad está parada. Ingeniería también...

–Es la que sucedió al ingeniero (Isacio) Vallejos. En Agronomía también piden la cabeza del decano. En algunos casos también piden la cabeza del vicedecano y hasta del pleno del consejo directivo. Todo eso complica porque la facultad quedaría acéfala. Si sucede tenemos que buscar un profesor titular que sea aceptado por todos y nombrar un encargado de despacho...

–Los estudiantes exigen renuncia. Los afectados tienen sus razones para no renunciar. ¿Qué recomienda?

–La renuncia es algo personal. Yo lo que puedo hacer es mediar. Si no me aceptan voy a llevar el problema al Consejo Superior Universitario, que también tiene potestad para hallar la solución. Allí integraremos comisiones entre todos los estamentos para adoptar decisiones en función de un órgano superior. Nosotros no podemos pedir la renuncia ni remover a los decanos, vicedecanos y consejo directivo.

–¿Qué puede hacer el Consejo Superior?

–Puede ordenar una intervención y luego evaluar el resultado de la intervención. Ahí se verá qué resultado tiene. Yo ofrezco mi mediación para ir a una mesa de diálogo franco, sincero, pero tiene que haber renunciamientos de ambas partes para la normalización.

–¿Qué dicen los estudiantes?

–No quieren más hablar de dialogar en Filosofía, en Ciencias Agrarias... En Ingeniería tengo que conversar todavía con la decana...

–¿No hay mediación posible?

–Ellos dicen: “ya dialogamos todo. Rechazamos cualquier mediación”. Lo único que quieren es la renuncia. Yo voy a seguir insistiendo. En Ingeniería tengo que conversar todavía con la decana. Hay que analizar bien el problema de fondo en Ingeniería y hablar después con los estudiantes...

–¿Usted es consciente de que es rector porque los alumnos lo eligieron? ¿Cómo garantiza que el proceso será transparente?

–Yo asumí este cargo con todo el deseo de colaborar para restablecer la normalidad y enfocarnos ya a los puntos de crecimiento de la Universidad. Yo me comprometí a llevar adelante la reforma del estatuto; a iniciar la reforma presupuestaria. La toma de decisiones tendrá como soporte el apoyo de un equipo interestamental de seguimiento. Aquí nadie será objeto de persecución ni de sumario, suspensión, expulsión o imputación sin causa justificada. Me comprometí presentar balances de gestión trimestral, para garantizar la transparencia.

–¿Qué hay de las irregularidades?

–Todo está en manos de la Fiscalía. Los fiscales llevaron todos los documentos, inclusive de mi Facultad, de las 12 facultades. Inclusive está la labor de la Contraloría. Seguramente ellos van a pronunciarse si hubo actos de corrupción o no. Esto no se va a detener.

–¿Qué tipo de delitos se están investigando?

–Lo único que le puedo decir es lo que se llevaron de mi Facultad: libros de cátedra, legajos de profesores, especialmente de los técnicos, docentes. Seguramente van a chequear si hay nombramientos de docentes sin título y demás. De las otras facultades no tengo conocimiento. Sé que hubo denuncias de estudiantes que los fiscales vinieron a investigar...

–¿Puede haber manipulación política?

–Se comenta, pero yo no he constatado. El objetivo altruista que es limpiar, transparentar la Universidad, que tuvo todo el respaldo de la ciudadanía, sigue vigente. Si después alguien quiere llevar agua a su molino no creo que prospere.

–Dentro de esta revolución de la que los estudiantes hablan, piden que la Universidad sea gratuita...¿Eso es posible?

–En estas situaciones presupuestarias es imposible. Lo que da el Gobierno es totalmente insuficiente. Nosotros nos rebuscamos para no golpear los bolsillos de nuestros alumnos. En cada facultad hay becas. Es cuestión de que soliciten. También hay becas por rendimiento académico y exoneraciones por destaque deportivo. No hay obstáculos para el que quiera estudiar.

–Cada vez se habla más de que la UNA es para privilegiados de buen pasar económico. ¿Es justo que el Estado, los contribuyentes, tengan que pagarles los estudios?

–Tengo entendido que el 63% de los estudiantes es de ingreso medio para abajo. Hay estadísticas, encuestas. Los que llegan en vehículos lujosos no son la mayoría. La UNA no es una casta de privilegiados como dicen; pero hay que reconocer que en el examen de ingreso se nota la preparación de ciertos colegios, especialmente técnicos y de prestigio. Tienen alto porcentaje de ingreso. No obstante, tenemos muchísimos ingresantes de colegios humildes.

–¿De dónde es Abel Bernal?

–Nacido en Félix Pérez Cardozo (Guairá), una localidad muy próxima a Villarrica. Nací en una familia muy humilde, trabajadora, soy el cuarto de cinco hermanos, tres fallecidos. Terminé en el Centro Regional de Villarrica en el año 70. Enseñé tres años, desde los 19, en el primer grado de una escuelita rural, en la compañía Cocueré Guazú.

–¿Cómo llegó a la Universidad?

–Contacté con algunos amigos, excompañeros de colegio que ya estaban en Asunción. Me acuerdo de Silvio Burgos, que estaba como secretario en una repartición del Ministerio de Educación. Él estaba siguiendo la licenciatura en Matemática que estaba en la Facultad de Filosofía. Hoy está en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Facen). Me dio una piecita y pude estudiar para los exámenes de ingreso. Ingresé, me gradué de licenciado en Matemática. Se creó enseguida la licenciatura en Análisis de Sistema en la Politécnica. Fui de la primera promoción y tuve el título número uno (el primero emitido) de la licenciatura en Informática en la Universidad Nacional.

–¿Algún mensaje para la ciudadanía que estuvo pendiente de todo esto?

–Este rector pondrá todo su empeño para normalizar la vida institucional de la UNA. La meta es pertenecer a los mejores rankings internacionales. Hoy somos la mejor y la más grande del país, pero queremos que gane prestigio y creo que con estas medidas que se están tomando colaboramos para que eso suceda.

holazar@abc.com.py

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