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Desde el martes último, se congregaron en la Plaza Italia, ubicada entre Ygatimí y 15 de Agosto, integrantes de la Federación Nacional Campesina, del Partido Paraguay Pyahurã (PPP), Corriente Sindical Clasista (CSC), Partido Comunista (PC), Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas (Conamuri), Organización de Trabajadores de la Educación del Paraguay-Sindicato Nacional (OTEP-SN), que conforman el denominado Congreso Democrático Popular.
Al menos 300 personas fueron las que se movilizaron ayer desde las 7:30 con destino a la Escalinata de Antequera. Pero antes, en el recorrido, realizaron una parada frente a la sede de la Fiscalía General del Estado al grito de “¡La fiscalía miente!”.
Una vez en la Escalinata, se llevó a cabo un micrófono abierto, en el que cuestionaron a Horacio Cartes, cuya gestión calificaron de “entreguista”. Además, que durante su gobierno se dedicó a “perseguir y amenazar a líderes sindicales”.
La movilización fue desconvocada a las 9:00, sin que se hayan registrado incidentes. En todo momento, los participantes estuvieron custodiados por policías.
La segunda marcha se inició en la Plaza Uruguaya, con la participación de integrantes y senadores de la concertación partidaria de izquierda Frente Guasu, Asociación de Amas de Casa, Articulación Feminista, Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), entre otros.
El plan era llegar hasta la Plaza de la Democracia, pero por motivos de seguridad, la Policía impidió que dejaran el lugar. Recién cuando el acto de asunción presidencial y la ceremonia del Te Deum finalizaron, los manifestantes pudieron proseguir su camino hasta el punto fijado inicialmente.
Recuerdan stronismo
En el transcurso de la mañana de ayer, varias bolsas negras con formas de cuerpos humanos atados de manos, fueron dejadas a los pies de la estatua del premio Cervantes Augusto Roa Bastos, quien fue exiliado durante la dictadura de Alfredo Stroessner. También fue dejado un cartel con la inscripción “nunca más”.
Otro par de bolsas apareció entre las calles Yegros y Herrera, en una clara alusión al vínculo que tiene el nuevo mandatario con el stronismo, pues su padre Mario Abdo, fue secretario privado del dictador que sometió a Paraguay entre los años 1954 y 1989.