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–Tiene un montón de condecoraciones. El Senado lo declaró “Reliquia Viviente”. Qué número es…
–No sé, mi hijo. Ya perdí la cuenta. Dicen que soy el civil más condecorado. Si me daban plata por mis condecoraciones che ricoité ramo’ã (iba a ser rico). Aquí estoy con Paraná jugando fútbol (muestra una foto). Este otro es un reconocimiento de Juan Pablo II (muestra otra foto). Monseñor (Demetrio) Aquino era mi amigo y pude entrar a saludarle en Caacupé, en su dormitorio. Monseñor le dijo: “este es el hombre que imita a todos los animales del Paraguay”. - “A ver”, dijo el Papa. “Oguapýma voi la hupápe ohendu haguã” (se sentó en su cama para escuchar)”. Le imité al chancho, al perro, al gallo, a la oveja. Tuicha opuka (se rió a carcajadas) y después vino y me abrazó. “Muy divertido, muy divertido”, dijo. Estaba relajado, contento. Después, al salir, me dijo monseñor: “¿Qué tal, Quemil el Papa?”. Le dije que nunca en mi vida pensé que iba a estar tan cerca del Papa y que me iba a abrazar. “Ahora amombe’úta ndeve peteî mba’e, monseñor. Aipota che disculpá”, le dije. “Ahora ikatî ko añamemby”, ha’e chupe. Tuichaiterei opuka monseñor (se ríe). Lastimosamente no veo más desde el 84 y seguramente iba a disfrutar más la presencia del Papa que hoy ya es santo nde bárbaro. Por lo menos le abracé.
–¿Qué composiciones le dieron más satisfacciones?
–Las de Emiliano (R. Fernández): Pyhare amangýpe (noche lluviosa), Ko’ápe che avy’ave, Che la reina. La gente pide: “Ñahendu peteî Emilianoré”. En mi repertorio también estaba Che Jazmín, Chembo’e harépe de Epifanio (Méndez Fleitas). Siempre me piden “Mokõi guyra’i”, “Lidia Mariana”, “Areko cuatro kuña”, “Ajupíta de presidente”, “Función hápe”, “Cinco año ajegusta”, “A mi pueblito”, “Rohayhúgui Ñequita”, “Ipirevai la patrona”, “Serenata sin permiso”, “Lorito óga” y muchas otras más.
–“Lidia Mariana”, un clásico…, “Lorito óga”, Serenata sin permiso”, sello Yambay…
–Hasta ahora vive la Lidia Mariana. Me persiguen las Lidias. Ella también se llama Lidia (señala a su esposa Lidia del Rosario Alvarenga). Hasýpe atopa la che costilla pehenguerã (fue difícil encontrar mi otra costilla), quiero decir, che costilla mopêharã (la que me rompe las costillas). Sacó un premio por ser la música de mayor difusión. Hicimos varios retoques. Los músicos también aprecian y cantan: opurahéi Óscar Pérez, Peña González, Odilio Román. Después él hizo “Che chica la iporãvéva”. Y yo hice “Che chica iporãitevéva”, para contrearle…
–“Lorito óga” es uno de los que están más de moda.
–Y esa fue una composición en homenaje a un amigo músico que se metió con una viuda rica y vino a comunicarnos que ya no iba a venir más a ensayar con nosotros. Su pareja le dijo que tenía plata hasta el fin de sus días y que no necesitaba trabajar más. Ahí se me ocurrió componer Lorito óga, para tentarle…
–¿Y “Serenata sin permiso?”, retrato de la época de Stroessner. Los bares tenían que cerrar a la medianoche a más tardar por el edicto N° 3…
–Ese tema fue después de una actuación en Alfonso Tranquera. Llegó el comisario con un soldadito, fusil ilómore (al hombro) y preguntó: “¿pende permiso pio?” (¿tienen permiso?)… Le dije: “ndaorepermísoi (no tenemos), mi comisario”…; “ha pende permiso arã ningo” (tienen que tener permiso), me dijo… Ha’e chupe (le dije): “ha orepermiso arã ningo” (tenemos que tener permiso)… moõ oime la pende permiso, preguntó…
–Iyargel (estaba de mal humor) la comisario…
–Iyargel. Ha upéicha roñomongeta ha orereja… (así siguió la conversación y nos dejó). Después hice el verso con la música que la gente conoce. Ogustá lomitãme… Le gusta también “Areko cuatro kuña, distinto pelo meme/peteî morenaite, iñakãrague sa’yju/la blanca hi’avuku, la trigueña ipiresa’i/la rubia katu ififi, mboriahu kártaicha ipuku” (recita)…
–¿Cómo se le ocurrió imitar a los animales?
–Me identifiqué totalmente con “Pyhare amangýpe” de Emiliano… Su descripción era perfecta y se me ocurrió imitar todo lo que él retrata en su canción… Yo ya imitaba a los animales de muy chico. Con el mal tiempo, itarovapa hikuái (se vuelven locos los animales).. Cuando subo al escenario, hasta que llega el momento de la imitación la gente se impacienta… Enseguida se transforma. “Nde valéngo ra’e”, me decía José L. Melgarejo. Humorista rembo puka haguã ovatavy hína (difícil hacer reír a un humorista).
–Se dice que usted trabajó para todos los presidentes…
–Exactamente, desde Stroessner hasta Cartes, menos González Macchi ni Lugo. (Juan Carlos) Wasmosy era un jopy. Le hicimos ganar la elección con un jingle. “Vamos a votar en carreta, a caballo, a pie…, oimeaérã biciclétape jaha javota, jahupi la ñane presidenterã”, decía la grabación. Así le hicimos ganar a Wasmosy. No me dio ni una propina.
–¿Nada?
–Che chuleá. Me derivaba a Melgarejo (Lanzoni), a otro. En el Palacio no me recibía nadie.
–¿Le cobró al final?
–Le fui cobrando níquel, níquel pe. Imo’opî (tacaño).
–Por trabajar con Lino Oviedo tuvo muchos problemas…
–Me identificaron mucho por oviedista. Pero me gustaba luego. Tenía mi estilo. Hablaba en guaraní (recita unos versos). A la gente le gustaba la rima en guaraní. Lino’o arrastraba mucha gente. “Che cincuenta por ciento”, me decía Lino’o. Yo estuve en Concepción ese día cuando él salió en el helicóptero que después se accidentó. Él me invitó a venir con él después del acto en que actuamos. “Jaha chendive che cincuenta”, me dijo. Su piloto le dijo: “Vamos a esperar que pase el mal tiempo”. Él le dijo: “a las seis de la tarde tengo un compromiso que no puedo perder”. Por el camino le alcanzó la tormenta.
–¿Por qué no vino con él?
–Ñandejára che salvá. Yo estaba con mi grupo y no me gusta luego el helicóptero.
–Galaverna fue el que una vez prohibió que le den una pensión graciable “por oviedista”…
–En el gobierno de González Macchi. Yo perdí mi vista en 1984. Fue el mismo año en que compuse “Guaraní, campeón”, mi club. Claro que necesito. Lino siempre tuvo buen trato conmigo. Algunos me preguntaban si por qué era tan oviedista. Y yo les decía: “Yo no soy oviedista. Él lo que es yambaidista”. Ningún presidente puede decir que no colaboré con ellos: Stroessner, Rodríguez, Wasmosy, Nicanor, Federico, Cartes... Un presidente vino una vez junto a mí pero para pedirme que no trabaje para ningún candidato. El general Rodríguez fue el que les dijo a los senadores que eran muy jopy. Me dieron 250.000 guaraníes de pensión en la época de Wasmosy. Recién en el 2008 me aumentaron a un millón y medio. Todavía necesito para estar más tranquilo. Gente millonaria tiene pensión graciable millonaria y no necesita, gente que tiene mucha influencia política…
–¿Por qué le frecuentan tanto los políticos?
–Ogusta chupekuéra che rembiapo.
–“Ajupíta de presidente”, famoso. ¿Cómo era?
–(Recita) “Ajupíta de presidente: Ahendu la movimiento, iporã la che proyecto, aipota pehendumi, tove tapeikuaami, mba’épa la ajapóva ha upéi toiko la oikóva, cinco años-pe chehegui/Haciéndape amondóta don Rafael Rojas Doria/ha’e ningo imemoria/hi’ári karia’yete/Álvarez Blanco, idúoite/ohóta banco centrálpe/Bogado Lugo katu aparte, igústope toipyte…
–Músico memete
–Obras Públicas pe ohóta Velázquez (guitarrista), ha Óscar Pérez/omba’apóta tapére, pya’e porã toasfaltá/anive ojeclausurá ore hegui umi ruta/tranquilo roho ha rojúta, oimehápe roactuá/Educaciónpe ohóta Agustín Barboza con su dignísima esposa, la cantante Yverá/Lizza Bogado iñirurã como buena asesora, flamante supervisora mbo’ehára peguarã…” ¡Amohendapaite músico kuéra! (se ríe).
(Con la colaboración de Alberto Candia)
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