Natalicio del Dr. Francia, figura clave de la bicentenaria independencia

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Un día como hoy, pero de 1766, nacía en Asunción uno de los principales protagonistas de los sucesos políticos que produjeron el nacimiento y consolidación de una nueva situación que derivó en la formación de la República del Paraguay, el doctor José Gaspar Rodríguez de Francia y Velasco.Indudablemente, José Gaspar Rodríguez de Francia y Velasco es una de las figuras apasionantes como casi ninguna de la historia paraguaya. Mueve las más diversas pasiones. A favor y en contra. O se le quiere irracionalmente, o se le detesta, también irracionalmente. La ponderación de su personalidad no requiere de mediastintas. O blanco o negro.   

Origen poco claro  

Todo en él está rodeado de un halo misterioso, sobrecogedor, oculto, poco claro. Incluso la fecha de su nacimiento. Se dice que nació en 1766. Otros afirman otros años, en lo que se está de acuerdo es que fue un 6 de enero. Podría haber sido –también– un 19 de marzo... ¿Por qué no?  

Hijo de un portugués, don José Engracia García Rodríguez Francia, natural de Oporto, según él. O brasileño de Mariana, en el distrito de Río de Janeiro, también según él. O es francés como en algún momento lo afirmó su hijo. O es español, de las Sierras de Francia, un ignoto lugar enclavado entre Salamanca, Cáceres y Portugal... La terminación "ez" de su apellido le hace natural de España. Si fuera portugués, debería haber sido "Rodrigues". En fin. Todo es contradictorio en este linaje.   

El padre del futuro dictador vino al Paraguay hacia 1750, con unos 11 años de edad, integrante de una caravana de portugueses del Brasil para dedicarse al cultivo de tabaco, estableciéndose en San Lorenzo del Campo Grande. En 1758 se incorporó a la milicia provincial donde actuó hasta su muerte al servicio de España.   

Hacia 1762 se casó con la paraguaya María Josefa Fabiana Velasco y Yegros, miembro de una familia de larga actuación en el Paraguay. De este matrimonio nacieron dos mujeres, Lorenza y Petrona Regalada. Luego, José Gaspar, Pedro, Juan José Ignacio y Fracisco.   

Trayectoria de un dictador  

Sus primeros estudios los realizó en Asunción y, joven aún, se trasladó a Córdoba, donde se doctoró en Derecho Civil Canónico. A su regreso a Asunción ejerció la cátedra y la abogacía, como así también fue regidor del Cabildo. Al producirse el golpe de Estado que derrocó al régimen colonial español, fue llamado a integrar el Gobierno provisorio, juntamente con el gobernador depuesto Bernardo de Velasco y Juan Valeriano Zeballos, entre el 16 de mayo y 17 de junio de 1811.   

Posteriormente estuvo presente en todos los gobiernos formados en los años siguientes: Junta Superior Gubernativa (20 de junio de 1811-12 de octubre de 1813), Consulado (12 de octubre de 1813 - 3 de octubre de 1814), hasta asumir la Dictadura (temporal, entre 3 de octubre de 1814 y el 30 de mayo de 1816; y la perpetua, entre el 1 de junio de 1816 y el 20 de setiembre de 1840, fecha de su muerte).   

El Estado es Francia  

Cuando Pedro Juan Caballero, bisoño oficial del ejército provincial, llevó a cabo el golpe de Estado contra el poder español del gobernador Bernardo Luis de Velasco y Huidobro, se vio en la situación de que los líderes naturales del movimiento revolucionario estaban ausentes, y ante la inexperiencia en asuntos de Estado de él y de sus compañeros de armas, convocó al doctor Rodríguez de Francia para asesorar y coadyuvar en la solución de la nueva situación creada.   

Se apropió del poder y, como buen y antiguo funcionario del gobierno provincial, se encargó de desbaratar los propósitos iniciales de los revolucionarios, haciéndose con las riendas del poder, que lo ejerció de manera autocrática, retrotrayendo lo logrado a un estadio propio del régimen monárquico absolutista que los complotados quisieron derrocar.   

Ello fue muy bien aprovechado por este. Digno acólito del conservadurismo borbónico, en un momento simpatizó con la idea de asociar el país al imperio brasileño, con un proyecto propiciado por la infanta Carlota Joaquina, deseosa de mantener bajo su reinado las antiguas posesiones españolas, quien ofreció la creación de un ducado del Paraguay, con Francia como gobernante con el título nobiliario de duque, pero el devenir político del momento le llevó a deshechar el proyecto, erigiéndose en el mandamás del Paraguay, poniendo en práctica el lema de Luis XIV, el Estado soy yo.   

En un momento dado, inclusive proclamó la República, de la que se hizo dictador, pero dicha República solo fue una proclamación de labios para afuera.

En realidad fue un gobierno autocrático, personalista, dictatorial y tiránico, sin instituciones contraloras ni equilibrantes.

Aun así, Gaspar Rodríguez de Francia  está considerado como uno de los próceres de la República paraguaya que surgió hace poco menos de 200 años.

Se dedicó a consolidar la soberanía

Gran parte de su gobierno, el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia lo dedicó a consolidar la soberanía nacional, defendiendo los límites territoriales y conjurando las amenazas extranjeras contra el Paraguay.

Durante su mandato se asiló en el Paraguay el caudillo oriental José Gervasio Artigas, quien vivió treinta años en nuestro país, hasta su muerte en 1850.

Otra personalidad que vivió en el país, retenida por su gobierno, fue el naturalista francés Amado Bonpland, cuya presencia inclusive ocasionó un grave entredicho con el libertador Bolívar, quien amenazó invadir el Paraguay para rescatarlo.   

Los primeros años de su dictadura fueron de relativa tolerancia, hasta que, en 1820, se descubrió un complot para asesinarlo, en el que se vieron implicados Yegros, Cavallero, Maciel, Iturbe, Fernando de la Mora y numerosas figuras que protagonizaron la Independencia del país.

La conspiración tuvo como consecuencia la persecución, confiscación de bienes de muchas familias patricias y costó la vida a varios de los próceres de la Independencia.   

El gobierno de Gaspar Rodríguez de Francia se caracterizó por la opresión -y supresión- de las clases dirigentes, a las cuales agobiaba con multas y confiscaciones; el fomento de la agricultura, la supresión y la ruina del comercio, la clausura de colegios y conventos y la supresión de las órdenes religiosas.

Propició una política prescindente con relación a los países vecinos, lo que llevó a un aislamiento total, no permitiendo la entrada ni salida del país, ni siquiera de correspondencia epistolar.   

No obstante, no son pocos los que sostienen que se manejó según las exigencias de su tiempo.
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