Narró calvario y pidió causa nacional contra criminales

María Edith Bordón viuda de Debernardi narró ayer a ABC Color su calvario de 64 días secuestrada por criminales encabezados por Juan Arrom y Anuncio Martí, quienes iniciaron la “industria del secuestro”, luego se refugiaron en Brasil y reclaman al Paraguay US$ 63 millones.

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María Edith “Nika” Bordón rememoró ayer el infierno que vivió cuando estuvo raptada por 64 días entre finales de 2001 y principios del 2002, al ser entrevistada en ABC Cardinal durante el programa “A la Gran 730” conducido por Mabel Rehnfeldt.

En tono sereno, a lo largo de su testimonio, sostuvo que durante su cautiverio y al ser liberada pudo identificar plenamente a Anuncio Martí y Juan Arrom como las personas que iniciaron esta ola criminal que posteriormente se conocería como “la industria del secuestro” desde el Partido Patria Libre y que posteriormente pasó a ser el EPP.

Bordón también cuestionó a las hermanas de los prófugos a quienes acusó de mentir descaradamente ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), instancia en la que los criminales exigen US$ 63 millones de los contribuyentes para ellos, sus hijos, parejas y familiares, por considerarse víctimas de supuesta tortura policial.

Bordón señaló que luchar contra esta “industria” criminal debe ser tomada como una causa nacional. “No quiero más secuestros, ni a mi peor enemigo le deseo lo que yo pasé”, dijo. 

Acompañaron a María Edith en la entrevista la fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, entonces fiscal del caso; el fiscal antisecuestro Rogelio Ortúzar y el fiscal Édgar Sánchez, quien investigó las supuestas torturas a Arrom y Martí.

Posteriormente, Edith recordó que identificó a Martí como el más violento del equipo que la secuestró en el parque Ñu Guasu; quien le propinó numerosos golpes y la ubicó en una celda subterránea donde permaneció.

“Estaba dentro de un pozo. Dentro de ese pozo había una celda de hierro con un candado grande”, relató al mencionar que también la obligaban a realizar sus necesidades en un balde. “A los 15 días más o menos tuve acceso al baño”, indicó la afectada.

Igualmente, refirió que fue el propio Arrom quien, estando ya en cautiverio, le informó que estaba siendo víctima de un secuestro extorsivo.

Resaltó que durante su cautiverio incluso vio el rostro de Arrom, por lo que considera un “milagro” que la hayan dejado con vida. No obstante, mencionó que las torturas psicológicas eran constantes.

Bordón dijo que, en un determinado momento, se percató de que estaban cavando en el jardín de la casa en donde estaba y preguntó si la iban a matar.

Recordó que la infrahumana condición en que la mantenían hizo que bajase de peso, por lo que iniciaron las amenazas de no poder ver a sus hijos.

María Edith Bordón contó que su marido Antonio Debernardi había sospechado de la filtración de información de su propia casa a favor de los secuestradores a través de Marina Arrom, hermana de Juan y entonces pareja de su hermano Guillermo Bordón.

“Cuando se supo todo, mi hermano enseguida se separó de Marina”, expresó entre otros testimonios.

Creían que la matarían

Rogelio Ortúzar, otro de los agentes que investigaron el caso, afirmó que todos los indicios daban a entender que iban a matar a María Edith. “La señora es un milagro que esté con nosotros. Creí que iban a matarla, porque es un patrón que ellos tienen a seguir. Eso se supo con las pruebas, con el intercambio de e-mails con Rodrigo Granda (guerrillero colombiano)”.

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