Nakayama quiere derrotar a tres clanes para renovar el PLRA

Eduardo Nakayama Rojas, un historiador y abogado de 36 años, llamó la atención al lanzar su postulación a presidente del PLRA para las elecciones de junio. Su consigna es romper la inercia de las viejas estructuras y enfrentar con savia fresca el desafío del 2018. En esta entrevista, el novel político asegura que puede derrotar a los “tres clanes” del partido. Afirma que nunca se debió entregar las candidaturas a Lugo y Ferreiro.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2061

Cargando...

–¿Otro outsider? ¿Cómo decidió entrar en política?

–Yo no puedo decir que soy outsider. Hace 18 años que estoy afiliado, solo que nunca activé. Me llamaron de la dirección del partido para organizar la Academia Liberal de Historia. Me gustó el desafío. Por décadas se echó mucha mentira, se ocultaron pasajes enteros de nuestra historia. La gente no sabía quién era Eligio Ayala, Eusebio Ayala. Hay libros bastante tendenciosos que hasta hoy el Ministerio de Educación no es capaz de sacar de circulación. Los padres de la historia eran Prieto Yegros y Luis G. Benítez... Los jóvenes hoy preguntan cómo es que hubo tantos liberales ilustres en el pasado y hoy no somos capaces de postular una candidatura...

–El PLRA solo sirvió de plataforma para candidatar a Lugo y Ferreiro.

–La gente no sabe ni quiénes son los líderes. Muchos ponen como referentes a Fernando Lugo y Mario Ferreiro. La identidad misma del partido está trastrocada como se evidenció en las municipales. No solo no pudimos poner un candidato propio. De 24 concejales metimos 4. Los colorados metieron 12 y Tony Apuril, paseándose en bicicleta, metió 3. Llama la atención que se gastó tanto dinero y el resultado fue tan pobre.

–¿Cuál es la debilidad del PLRA?

–El Partido Liberal es un problema de equipos, de clanes familiares: el equipo de (Blas) Llano enfrente del equipo de (Efraín) Alegre. Mucha gente le reclama a Alegre el hecho de haber estado alejado del partido desde que perdió en el 2013. Hay un tercer frente, el de Salyn Buzarquis y el expresidente Federico Franco. Pero más allá de la división interna, la realidad pura es que tenemos más de un millón de afiliados, pero vota 20%. Entonces, por más desgastados que estén los que ganan son los mismos. Nosotros queremos quebrar ese sistema electoralista.

–Hay un desengaño que parte del gobierno de Federico Franco y del fracaso electoral del 2013...

–La ciudadanía aplazó, sin lugar a dudas, ese gobierno. Los responsables no supieron ponerse al margen de las viejas prácticas de corrupción que históricamente siempre criticaron y la ciudadanía eso no perdona. El primer desafío que nos propusimos fue elaborar una lista que no tenga problemas con la justicia, donde nadie esté imputado...

–¿Es difícil encontrar no imputados? ¿En las otras listas hay imputados?

–Por supuesto que hay...

–¿Puede mencionarlos?

–Yo no quisiera hablar de nombres, pero la osadía que tienen de volver a presentarse lo único que hace es empeorar la situación.

–¿Cuál es la diferencia con el Partido Colorado?

–Para el público en general no existe ninguna diferencia, salvo el color. Es grave lo que estoy diciendo porque no se observa ningún espíritu de renovación de cara al futuro del país. Por ejemplo, estamos en las puertas de la renovación del Tratado de Itaipú en el 2023. Tenemos que tener gente preparada para sentarse a la mesa negociadora, gente con altura académica, moral. Vamos a tener enfrente a la mejor gente preparada de Itamaraty. No nos pueden tomar otra vez desprevenidos. En infraestructura, tenemos que trazar una política seria a 30, 50 años. La discusión se limita a pura politiquería: la “secretaria VIP”, la “amante VIP”, el “viaje a Cancún”, la “niñera de oro”... Los grandes temas nacionales siguen cajoneados.

–Los colorados también prometieron renovación cuando cayó el partido en el 2008. Cambian algunas figuritas, pero los gorilas son los mismos, Calé Galaverna y sus amigotes...

–Y mire lo que tenemos para el 2018: tres presidentes hablando de la posibilidad de volver a postularse: Fernando Lugo, Nicanor Duarte Frutos y el actual Presidente. En mi partido vuelve Efraín Alegre que fracasó en el 2013, alguien que ya fue además ministro de Obras Públicas, está Tito Saguier que también ya estuvo..., yo creo que estamos a tiempo de cambiar. Hay prioridades nacionales que atender, la educación por ejemplo. Estamos 144 entre 144 según la World Foundation. En Itaipú aprobaron apenas 300 becarios de cinco mil postulantes. Yo soy docente de la Universidad Nacional en la Escuela de Ciencias Políticas...

–¿Qué materia?

–Historia de las Ideas Políticas. Un estudiante del penúltimo semestre, en el examen oral, no sabía quién escribió Das Kapital (El Capital). Le di una pista. Le dije: “Engels le ayudó a escribir”. Ni así me pudo decir “Carlos Marx”. Este año se recibe de politólogo. Si lo podía aplazar lo hubiese hecho, pero el sistema de evaluación indica que por asistir a clases ya tiene un plus en el puntaje. Sumado al trabajo práctico y aunque haya sido un fiasco su examen, ya tiene aprobada la materia. Conclusión: estamos lanzando al mercado gente sin preparación. Eso se replica en todas las demás profesiones...

–¿Su candidatura es testimonial?

–Nosotros entramos a la campaña electoral con intención de ganar. No tenemos las armas que tienen los clanes. Disponemos sí de otras estrategias para llegar. Un sondeo, en febrero, reveló que un 30% del electorado liberal es indeciso y que un 17% no le votaría a ninguno de los tres candidatos. Eso da la mitad del electorado: 47%. En cualquier encuesta, los indecisos son entre 5 y 7%, jamás 30%. Nuestro desafío principal está en hacer conocer la candidatura. No es fácil pero no es imposible ganar. Estamos en un momento histórico del país donde necesariamente se va a dar una transformación. Eso es categórico y es lo que me entusiasma...

–¿Momento histórico?

–Nuestra historia tiene etapas, ciclos que duran aproximadamente 30 años. La Constitución del 92 por ejemplo respondió a un período histórico que está terminando. El primer ciclo fue de 1811 a 1840, hasta la muerte del Dr. Francia en setiembre de 1840. El segundo ciclo parte de 1842 cuando asumen los procónsules Mariano Roque Alonso y Carlos Antonio López y se extiende hasta el 1º de Marzo de 1870: la era de los López, una era de mucho progreso, etc. El tercer período de la historia paraguaya es de 1870 a 1904. Es el período de la posguerra, el período más oscuro... De 1904 va a 1936 cuando el Dr. Eusebio Ayala es derrocado y asume Rafael Franco. Luego, desde 1940 cuando muere el Mariscal José Félix Estigarribia en el accidente aéreo –en setiembre también– empieza una nueva etapa de dictaduras de tinte militar y autoritario, a la cabeza de Higinio Morínigo. Ese período de 1940 debía de terminar en 1970. Stroessner lo sabía. Por eso él llama a la convención nacional constituyente en el 67 para darle ropaje legal a la continuidad de su gobierno. Sobre todo se pudo dar esa continuidad gracias a su alianza con Brasil. Se construyó el Puente de la Amistad, la carretera Asunción-Paranaguá, el tramo Coronel Oviedo-Ciudad del Este. El hecho crucial que dio continuidad al stronismo fue la firma del Tratado de Itaipú. Llegaron miles de millones de dólares que Stroessner, muy inteligentemente, distribuyó en esa trilogía granítica: Ejecutivo-FFAA-Partido Colorado. Se mantuvo la fidelidad de los jerarcas con ese dinero que acabó en el 83. Stroessner cayó 5 años más tarde, en el 89, poniéndose fin al ciclo que extraordinariamente duró 49 años. Ahora termina el ciclo de la transición democrática y estamos en las puertas de un cambio, no sabemos si para mejor o para peor. Esperemos que venga el ciclo de la democracia real y que sea una época de progreso.

–Usted evidentemente no es partidario de una alianza para el 2018...

–Con certeza podemos decir que las últimas alianzas que hizo el Partido Liberal, lo debilitaron. El partido no debió haber pactado con Lugo ni con Ferreiro. Yo soy partidario de fortalecer el partido primero y posteriormente analizar las alianzas con el PLRA a la cabeza.

–¿Sin el Frente Guasu?

–El Frente Guasu está muy desvirtuado. Unirnos con Lugo de nuevo sería contraproducente. Nosotros primero tenemos que recuperar la credibilidad. Tratar de derrotar a estos tres equipos internos es un desafío gigantesco. A partir de ahí vamos a tener el camino allanado para diseñar el frente para derrotar a los colorados en el 2018.

–¿Y Nakayama? Descendiente de japoneses que decide incursionar en política. En Perú el apellido japonés es normal. Estuvo Fujimori, ahora la hija...

–Sí, la hija, Keiko. Yo soy paraguayo. Mi papá ya nació en La Colmena.

–¿Y sus abuelos?

–Ellos son de Nagasaki, pero ellos vinieron antes de la Segunda Guerra Mundial. Eran agricultores como la mayoría. Papá sí ya fue médico. Estaba en la Sanidad Militar. Mamá es profesora de inglés, jubilada. Papá ya falleció hace 37 años. Ella es de la ciudad de Caballero en el Dpto. de Paraguarí. De ese lado es que somos todos liberales... Y no me crié en el seno de la familia japonesa, porque yo soy hijo póstumo. Yo no llegué a conocer a mi papá. Mi mamá, cuando enviudó tenía 28 años y estaba embarazada de mí. Entonces, yo tuve una educación totalmente paraguaya. Estudié en el Cristo Rey. Me crié acá en el vecindario de Estados Unidos y Rodríguez de Francia, la casa de mi abuela. Lo único que tenía de oriental eran mis ojos estirados..., pero lógico, tenemos siempre ciertas costumbres que la sangre estira...

–¿Qué por ejemplo?

–Bueno, soy paciente. Me encanta la comida japonesa pero también el estudio, la investigación y practico el orden, el método, básicamente eso...

holazar@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...