Muere otro reo de San Pedro y suman 10 las víctimas de la masacre del PCC

Otro recluso de la cárcel de San Pedro de Ycuamandyyú falleció ayer en el Hospital de Trauma de Asunción, con lo que subió a 10 la cifra de fallecidos en la masacre cometida el domingo último por otros convictos del grupo criminal PCC. Simultáneamente, la Fiscalía desmanteló una supuesta granja ubicada detrás del penal y en la que vivían en total libertad dos poderosos jefes narcos con otros dos condenados que fungían de secretarios.

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El convicto fallecido ayer es José Buenaventura Ozorio Ozorio (29 años), quien en principio no parecía estar tan grave, ya que incluso llegó a dar una entrevista a ABC TV el domingo de tarde en el Hospital Regional de San Pedro de Ycuamandyyú, donde fue atendido tras el fulminante ataque de los integrantes del grupo brasileño Primer Comando da Capital (PCC) contra otros reos pertenecientes al clan Rotela, a su vez comandado por el narcotraficante encerrado en Tacumbú Armando Javier Rotela Ayala (37).

Ozorio había escapado de la cárcel de Emboscada en el año 2015 y fue recapturado en Chacarita. Con él, suman 10 los presos asesinados en la prisión norteña. 

Los otros fallecidos, el domingo, son Carlos Patricio Segovia Giménez (35) y Marcial Paredes Espínola (29), quienes hace cuatro meses mataron a otros convictos en Tacumbú. También murió Denis Iván Paredes Espínola (21), hermano de Marcial.

Igualmente, perdieron la vida Hugo Javier Díaz Barreto (24), un asaltante arrestado en 2014 en Luque; Junior Ramón Díaz Paredes (23), detenido en 2015 por vender drogas en una mercería en la que trabajaba en Itauguá, y Lucas Julián Ayala Rojas (22), apresado hace un año tras una serie de asaltos en el Bañado Sur de Asunción.

La nómina de ultimados se completa con Nelson Damián Pereira Díaz (24), del barrio Fátima de San Lorenzo; Sergio Daniel Cabrera Sánchez (23), de Puerto Botánico, Asunción; y Bruno Damián Cuttier Moreira (21), de Villa Aurelia, también de la capital.

Luego de la tragedia, la Fiscalía desmanteló ayer una supuesta granja que funcionaba detrás de la cárcel de San Pedro de Ycuamandyyú, pero que en realidad era una casa en la que cuatro condenados vivían en total libertad, con todas las comodidades posibles y sin ninguna custodia ni al menos una cerca perimetral. 

Es más, esos reclusos tenían un vehículo a disposición con el que seguramente salían del sitio cada vez que querían y sus familias venían a quedarse con ellos cada vez que lo deseaban.

Los dos principales presos vip fueron identificados como Ángel Tranquilino Giménez (36), capturado en 2011 y condenado a 21 años por narcotráfico, y Víctor Brítez Aranda (48), alias Chapaló, arrestado en 2014 y sentenciado a 26 años también por narcotráfico.

Estos fueron trasladados de Tacumbú a San Pedro aparentemente por la vía administrativa, es decir, por una resolución interna del Ministerio de Justicia y no por orden de un juez competente, por lo que se investiga ahora si en realidad habrían comprado su “permiso” para ir a vivir como hombres libres. 

Los otros dos condenados que vivían con los mencionados son Gustavo Ramón Paredes Paoli (29) y Juan Ramón Benítez Guerrero (45), quienes en realidad serían los secretarios de los anteriormente citados.

Anoche la Fiscalía intervino de nuevo el penal norteño para revisar grabaciones de cámaras de seguridad. Todos los funcionarios serán investigados.

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