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El mopoquista padeció torturas, cárceles, largos exilios y las consecuencias que conllevan estos crímenes de lesa humanidad durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Es un colorado hasta la médula, honrando los ideales de la ANR y activo militante del Movimiento Popular Colorado (Mopoco), según la descripción del abogado Rodolfo Manuel Aseretto.
El profesional dice que Gill Oporto soportó con el exilio de más de 20 años, esperando la aurora democrática y su regreso al Paraguay. “Es un héroe viviente que entregó su vida al ideal democrático, honrando siempre a su querido Partido Colorado, con fe inquebrantable. Hoy clama justicia, que en derecho le corresponde, a su persona y a su familia”, expresó Aseretto.
Comentó que Sandino fue reconocido como víctima de la dictadura por resolución 383/2004 de la Defensoría del Pueblo. Reclama al Estado una indemnización por daño patrimonial de unos 250 jornales mínimos, petición fundada en el artículo 10 de la Ley 838/96, según el abogado. El expediente está en Tribunales, esperando se dicte resolución. Ganó en dos instancias y la Procuraduría General apeló y está en la Corte Suprema.
“Su pedido de indemnización está basado en la ley; sin embargo, la Procuraduría General ignora la legislación vigente especialmente promulgada para las víctimas de la dictadura”, asegura el abogado. Según Aseretto, en el caso de Sandino Gill Oporto se violaron la Convención Americana sobre Derechos Humanos; Convención contra la tortura o penas crueles, inhumanos y degradantes; Pacto de San José de Costa Rica; Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; la Constitución Nacional; Código Procesal Civil; Ley 838/96; Ley 4381/2011, entre otras normas legales.