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¿En qué se diferencian el general Mark A. Milley (EE.UU.) y el general Luis Gonzaga Garcete (Paraguay)?
Uno encabeza una de las Fuerzas Armadas más grandes del mundo; el otro una de las más pequeñas de América del Sur. El general Milley se graduó de Princeton y el general Garcete fue el único que se aplazó en un examen que le hicieron salvar con cuatro mesas examinadoras. El general Milley lideró y comandó puestos de liderazgos en ocho divisiones y fuerzas especiales durante 35 años; el general Garcete comandó batallones de frontera en zonas de fácil tráfico de cigarrillos.
El general Milley participó de las misiones más importantes de los últimos tiempos de las Fuerzas Armadas Norteamericanas tales como operativos en Afganistán, Irak, Somalia, Colombia, Panamá. El general Garcete se aplazó en su examen de Operaciones Ofensivas.
Pero indudablemente una de las mayores diferencias entre uno y otro es que el extenso currículum del general Mark A. Milley puede leerse íntegramente en internet, incluyendo su estatus personal de casado, con dos niños. La biografía del general Garcete fue denegada en la semana que pasó y no tuvieron empacho en decir que es reservada y secreta.
La ley de Acceso a la Información Pública 5282 establece en su artículo 22 que la “información pública reservada es aquella que ha sido o sea calificada o determinada como tal en forma expresa por la ley”. Esta salvedad fue colocada justamente para evitar que se invoque como “secreta o reservada” cualquier tipo de información solicitada que no se desea revelar, como hicieron con la foja de vida del general Garcete y el uso de combustibles (informaciones negadas a nuestro diario).
La violación cometida por los militares al negar acceso a la foja de vida de Garcete fue tan alevosa y burda que adujeron el artículo 224 de la Constitución para negar la información. El citado artículo se refiere explícitamente al Senado y no a la reglamentación de la ley de Acceso Público. El general Garcete no deja de ser un funcionario público, y como tal, sus datos son de información pública igual que todos aquellos que están a sueldo del Estado paraguayo.
A punto de cumplirse el primer año de promulgación de la ley de Acceso a la Información Pública, los militares se burlan de uno de los actos de gobierno de Cartes del que más se ha jactado: la transparencia pública. La negativa a dar informaciones públicas sobre gastos en combustibles –o algo tan básico como la hoja de vida del comandante de las Fuerzas Militares– solo confirma que el acceso será público tanto y en cuanto les convenga al gobierno de Horacio Cartes.
mabel@abc.com.py