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–Vino a dar una conferencia sobre cómo le ven desde Iberoamérica al Paraguay...
–Yo soy miembro del consejo de la Universidad Internacional San Ignacio de Loyola que tiene un gran desarrollo en Perú y en otros países, y también se ha implantado en Paraguay. Me han invitado a conocer esta nueva Universidad. He venido con mucho gusto a apoyar esta iniciativa.
–¿Cuál es su óptica desde afuera sobre Paraguay?
–Iberoamérica es una parte de lo que representa el mundo de hoy en su incertidumbre y en sus tendencias, a veces complicadas de entenderla, en medio de un enorme cambio, en medio de un cambio de época, en medio de profundos cambios geopolíticos, profundos cambios económicos, en medio de poderes emergentes. Todos los países tienen que hacer reflexiones sobre cómo pueden ofrecer sus oportunidades en medio de una gran revolución tecnológica que va a cambiar nuestras vidas...
–Usted tiene una opinión de cómo sobrellevar esta crisis que pasa la región...
–La crisis más grave en Latinoamérica es la crisis producida por la situación en Venezuela. Es una situación gravísima que en mi opinión debe acabarse cuanto antes porque la permanencia de esta situación es realmente insostenible, y si continúa producirá en mi opinión un efecto claramente negativo al conjunto de las naciones. En segundo lugar, las nuevas políticas de restricción comercial, las nuevas políticas en favor de más proteccionismo, las nuevas políticas que ponen en riesgo el libre comercio; la guerra comercial entre EE.UU. y China. Eso produce consecuencias en todos los países. En tercer lugar están los problemas domésticos. Brasil es un país que viene de una crisis económica de varios años y que está intentando recuperarse. Por otra parte, Argentina es un país que ha tenido muchos problemas económicos, y está intentando recuperarse. Esos factores no ayudan a la economía paraguaya, que ha tenido un crecimiento durante 10 o 15 años superior al 4,5%. Ha tenido muchos éxitos. Ha reducido los niveles de pobreza en general y los niveles de pobreza extrema. Se han producido reformas muy importantes. Paraguay tiene muchas potencialidades...
–A usted lo describen como el “heredero de la tradición liberal española”. ¿Se considera de esa manera?
–Sí, me considero un político liberal, porque creo que es la fórmula política que mejores resultados produce. Pues, hay algunas demostraciones de ello. En mi época de Presidente del Gobierno, después de ocho años de gobierno se han creado en España más de cinco millones de nuevos puestos de trabajo (...), el empleo sobre todo produce oportunidades, cambia la mentalidad de las personas. Se produjo el ingreso de España en el Euro..., fueron años de gran prosperidad.
–Esas enseñanzas, esas experiencias que tuvieron ustedes a lo largo de esa compleja transición en España, ¿se traducen (efectivamente) en las elecciones como las que tuvieron ahora (el 28 de abril)?
–España es un país con un éxito histórico en su transición en los últimos 40 años espectacular. Los cambios que se han producido en el país fueron extraordinariamente positivos, en líneas generales.
Ahora hemos tenidos unas elecciones y España tiene el mismo problema que tienen casi todos los países en el mundo de hoy. Tiene el problema de gobernabilidad, en gran medida provocado por la fragmentación política que se produce. En España se había producido una fragmentación antes en la izquierda, ahora se produce una fragmentación en la derecha. Eso obliga a hacer mayorías. Pues ahora, se ha elegido una fórmula en la cual, lo más probable es que haya un gobierno de izquierda socialista con el apoyo de radicales de izquierda y con el apoyo de independentistas (de Cataluña).
Yo creo que eso no es la mejor fórmula posible y deseable para el Gobierno de España.
–Usted habló de canibalismo de la derecha. ¿Es lo que pasó?
–La fragmentación política hace que se penalice muy duramente cuando uno va a las elecciones. Si el centroderecha español hubiese ido razonablemente unido a estas elecciones las hubiese ganado.
–Cuál es el futuro que pronostica para España, con la nueva composición del gobierno...
–Que definan los españoles. Si finalmente cuaja una oferta que significa más oportunidades para los secesionismos, más oportunidades para los independentistas, más impuestos, más déficits, más enfrentamiento; pues, no es una fórmula que creo que funcione ni que creo que sea la fórmula conveniente.
–No crea que solamente pasa en España esos fenómenos eleccionarios. En Paraguay tuvimos unas elecciones en una ciudad importante (Ciudad del Este), donde no ganaron los que tenían que ganar.
–Gana lo que deciden los electores. Otra cosa distinta es que guste más o que guste menos. Pero la fragmentación es una realidad general. Si ese tema en cada país no se entiende, las consecuencias son muy negativas, y en España para el centroderecha pues han sido enormemente negativas.
–¿No es un momento de autocrítica, de lo que las nuevas generaciones buscan de los partidos tradicionales?
–Uno de los problemas que hay en el mundo de hoy es que los países tienden a polarizarse. Las tendencias de hoy en muchos países son, a fortalecer los extremos y debilitar ese espacio central donde se agrupa la mayoría social de los países. Recuperar eso importante. Los de la centroderecha, la derecha española tienen esa tarea: recuperar el espacio central de diálogo, de moderación, de tolerancia, de todo eso en el que se asienta la mayoría de la sociedad.
–Pero esta defensa que hacen ustedes de la tradición, de las instituciones, del Reino de España, ¿no se pierde ante el avance de la tecnología, ante las nuevas ideas?
–No, no, no. La tragedia para un país es no tener instituciones. La monarquía es una institución básica en España sin la cual no se puede explicar España, sin la cual no se puede explicar la transición democrática española, sin la cual no se pueden explicar los éxitos de España. Afortunadamente tenemos una Corona y tenemos un excelente Rey que representa a los españoles y que agrupa a los españoles. Cuando un país no tiene instituciones fuertes es el reino de la arbitrariedad. El primer factor político de un país es tener instituciones respetadas, y el primer factor económicamente competitivo de un país es tener instituciones fuertes.
–¿Por qué surgen estos movimientos alternativos? En España está Podemos, una especie de movimiento chavista; Ciudadanos, que dicen que le hace sombra a la derecha, al Partido Popular...
–Es distinto. Salen porque, como le digo, la respuesta es que, si estamos en un mundo en que desgraciadamente vuelve el nacionalismo, vuelve el proteccionismo, vuelven las respuestas radicales, hay una explosión de populismo que afecta en todos los países. Partidos populistas simples que se creen que problemas muy complejos se soluciona con dos palabras. Y eso es un error. Yo he combatido los populismos de Venezuela. Pero populismos hay en muchos sitios ya. El populismo es contagioso. Cuando se habla de populismos uno se fija en Latinoamérica pero usted tiene populismos en España, en Francia, en Inglaterra, en Alemania, en Austria, en Italia, en Estados Unidos. Es un fenómeno que desgraciadamente se está extendiendo por la crisis de nuestro sistema.
Venezuela no pasó de la democracia a la dictadura en un día. Pasó una época, lo mismo en Nicaragua, lo mismo en Bolivia, lo mismo en otros países. Esas situaciones son enormemente peligrosas, por eso el populismo es una muy mala receta...
–Algo curioso en España fue el voto anti inmigrante. Dicen que cosechó muchos votos...
–El voto anti inmigrante es muy minoritario y solamente manifestado de una manera expresa en algunos municipios. La historia del éxito de España en estos 40 años no se puede escribir sin los inmigrantes. Cuando llegué al Gobierno (en 1996) había 300 mil inmigrantes. Cuando salí había más de cinco millones, ¿por qué? porque había empleo. Ahora, otra cosa distinta es que la inmigración tiene que ser una inmigración ordenada. En tercer lugar, hay que mirar bien cuál es el origen de la inmigración. En España, con los inmigrantes de origen latinoamericano, americano, hispanoamericano, no se plantea ningún problema. Los problemas vienen por a través de inmigrantes que representan otras culturas, otros modos de actuación, de gente que no quiere integrarse...
–Y la inmigración musulmana que dicen que preocupa a Europa. Se dice que en 2050 será mayoría.
–Claro, es una preocupación muy grande porque Europa vive lo que se llama un invierno demográfico. Pierde población. Todos los países pierden población. Si esa población es sustituida por población de origen musulmán, pues evidentemente la influencia musulmana y la influencia del Islam será cada vez más grande. Eso ya ocurre en algunos países, como es el caso de Francia, como es el caso del Reino Unido y como es el caso también de Alemania, y no ocurre afortunadamente en España...
–La gente se olvida pronto. Para algunos, usted es un superhombre, porque sobrevivió a un atentado, a un coche bomba que le puso ETA. ¿Qué recuerdos le trae?
–A mí me quisieron matar cuatro veces y en una estuvieron a punto de conseguirlo, la primera. No lo consiguieron y me intentaron matar otras tres veces más (cuando era Presidente los de ETA utilizaron un misil mientras estaba en vuelo). Pero tuve suerte, tuve fortuna (sonríe), y de lo que me acuerdo fundamentalmente, cuando uno ha luchado contra el terrorismo, es de aquellas personas que no tuvieron la misma suerte que yo tuve y que fueron asesinados...
(Continuará...)
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