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De manera oficial se conoce que el “mago” de las finanzas, subjefe de valoración Carlos Vázquez Aguilera fue acumulando unos US$ 1,8 millones en bienes con un salario de G. 3,5 millones en Aduanas. Tiene un complejo integrado con dos torres valuado en US$ 1 millón y una residencia de unos US$ 300 mil, además de una importante casa de verano de unos US$ 450.000 en San Bernardino, una flota de vehículos por unos US$ 200 mil, registrados en mayor proporción a nombre de su esposa María Graciela Delgadillo.
Vázquez fue imputado por enriquecimiento ilícito en el 2002 al descubrirse su alto nivel de vida, desproporcional con su salario de G. 1.300.000 en ese entonces, pero de una forma milagrosa logró su sobreseimiento y durante los últimos 15 años continuó con su misteriosa fórmula de la fortuna.
Con G. 1,3 millones, más ingreso mensual promedio de poco más de un millón de guaraníes por el lavadero que explotaba, la esposa del aduanero, María Delgadillo, ostentaba una vida de diva. Tarjeta Visa oro en mano, la señora de Vázquez realizaba viajes a Brasil y Argentina y compras por millonario valor en tiendas costosas como Nike, K y K, María Castaña, Ricky Sarkany y Fashion People Group.
Hoy, el sueldo de Vázquez es de G. 9,3 millones y con este ingreso sigue dándole vida de reyes a su familia, sin llamar la atención de fiscalía ni Contraloría. Su hijo Carlos Emerson Vázquez, se ubicó como subjefe de valoración, sin concurso de méritos y también sigue las sendas de la prosperidad.
Zafarán otra vez de fiscalía
Como Carlos Vázquez, unos 15 “magos” de las finanzas están a punto de blanquearse en investigación por supuesto enriquecimiento ilícito. Varios se favorecieron con el estudio de correspondencia de Contraloría, y en un año de investigación, fiscalía no imputó a ninguno. Los “magos” ya se anotaron para seguir en sus cargos con el gobierno entrante.