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Por su parte, el presidenciable por el FG, Aníbal Carrillo, consideró relevantes tres aspectos referentes a la masacre ocurrida en Curuguaty el 15 de junio de 2012 y la posterior destitución de Lugo vía juicio político.
En primer término, aseguró que la masacre fue “una situación preparada, no producto del azar que buscaba generar un estado de shock. En segundo lugar, se complementó con el golpe parlamentario” para la destitución del exobispo, dijo Carrillo.
Mencionó como tercer aspecto la “falta de garantías” que ofrece la Justicia para esclarecer la masacre, por lo que considera normal que organizaciones internacionales de derechos humanos expresen preocupación.
Tanto Richer como Carrillo se quejaron de la falta de debate y “compromiso” de los presidenciables de los demás partidos para esclarecer el caso de Curuguaty. “Las elecciones por sí mismas no van a legitimar la situación de Paraguay si siguen oscurecidos los motivos reales de la masacre”, dijo Richer.