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Esas 30.000 hectáreas incluyen lotes urbanos que deben ser transferidos a sus ocupantes y en algunos casos quedaran en posesión de la municipalidad dada su importancia histórica. Se previó todo lo necesario para cortar de raíz del conflicto en torno a la tierra.
Lotes urbanos y 30.000 hectáreas, suficiente cantidad para satisfacer las necesidades que pudieran existir. Francisco Dick, presidente de la Cooperativa Puerto Casado Poty, repitió hasta el cansancio que el predio era inundable y que la tierra no era apta para tareas agrícolas. El alegato tenía como objetivo lograr el rechazo de la donación.
Esta fue otra de las tantas mentiras del grupo político que lamentablemente controla Puerto Casado. Existe monte alto, áreas agrícolas, campos para pastoreo de ganado y lo más importante las dos fracciones que totalizan 30.000 hectáreas limitan con vías de acceso, entre ellas el ramal de la ruta bioceánica que llega hasta Puerto Sastre.
En Puerto Casado existen otras dos fracciones que totalizan 2.100 hectáreas, donadas por Carlos Casado SA en el año 2000. La empresa argentina también donó a la municipalidad lotes dentro del casco urbano, para su distribución entre los pobladores. Los predios nunca fueron entregados y la comuna mantiene hasta hoy la titularidad de las fracciones urbanas.
PROMESAS INCUMPLIDAS
Este es el momento en que la dirigencia política casadeña ni siquiera conoce esas 30.000 hectáreas. Las promesas de la organización no gubernamental Comunidad y Desarrollo Sustentable (Codes) cayeron en saco roto, porque no existe un interés real por el futuro de Puerto Casado. Esta superficie es más que suficiente para emprender programas de desarrollo.
La Iglesia Católica, por su parte, se embarcó en una cruzada contra la secta Moon, propietaria de las tierras.
Con una hipocresía lamentable, la jerarquía eclesial habló hasta el cansancio de la necesidad de justicia social en Puerto Casado, teniendo como única reivindicación la expropiación.
Se derogó la ley de desafectación, se dispone de una donación de 30.000 hectáreas de buena calidad, pero ya se olvidó la necesidad de implementar programas de desarrollo.
Los senadores José Nicolás Morínigo y Carlos Filizzola promovieron una expropiación con fines netamente políticos, la Iglesia Católica persiguió a la secta Moon y el grupo político que apoya a Francisco Dick se dedicó al saqueo de los bienes de la empresa.
La lucha por la tierra y las reivindicaciones sociales fueron una excusa para ocultar las verdaderas intenciones de la campaña por la expropiación.
El resultado tenemos a la vista: un pueblo hundido en la miseria, junto con corrupción en la Municipalidad y saqueo en Victoria SA.
Próxima nota: Supuesto pedido de coima de Francisco Dick.Ultima nota.
roque@abc.com.py