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Así lo confirmó un sobrino del desaparecido ganadero durante el juicio que se lleva a cabo en la ciudad de Concepción contra las supuestas colaboradoras del EPP, Rumilda Estela Giménez González y Juana Bernal Maíz.
Lindstron permaneció secuestrado en poder del EPP por 43 días, entre el 31 de julio de 2008 y el 12 de setiembre de 2008. Por su liberación, la familia pagó 130.000 dólares.
Sin embargo, la misma gavilla emboscó y acribilló a balazos a Lindstron, el 31 de mayo de 2013, en el predio de la estancia “Paso Itá” de Tacuatí.
En Asunción
El testigo relató en el juicio que su tío le había contado que en el año 2009 tuvo que venir hasta Asunción, específicamente a la Fiscalía Antisecuestro, ubicada en aquel entonces sobre la calle Cerro Corá, frente al Hotel Crowne Plaza.
El viaje de Lindstron a la capital fue para recibir, en carácter de anticipo jurisdiccional de pruebas, los 28.000 dólares que se habían recuperado en un allanamiento a la casa de los ahora prófugos Alejandro Ramos Morel y Lourdes Bernarda Ramírez de Ramos, en la compañía Ybyraty de Horqueta, el 4 de agosto de 2009.
El dinero, que estaba dentro de un termo enterrado, formó parte de los 130.000 dólares que Silvio Ramón Lindstron Picco le entregó en la noche del 8 de setiembre de 2008 a uno de los cabecillas del EPP, Manuel Cristaldo Mieres, para conseguir la liberación de su hermano, materializada cuatro días después.
Según el sobrino de Luis Lindstron, este retiró su dinero recuperado y solo instantes después ya devolvió la plata a un miembro del EPP, que habría sido el fugitivo José Mariano Villalba Ayala (hermano de la condenada Carmen y de los prófugos Osvaldo Daniel y Liliana Elizabeth).
Aparentemente, una célula del EPP salió del monte y viajó hasta Asunción exclusivamente para recuperar el dinero requisado, que la víctima del plagio tuvo que entregar bajo amenazas.
Luis Lindstron vivió amenazado por el grupo criminal hasta que, efectivamente, los mismos terminaron con su vida.