Las sesiones de la Corte podrán ser televisadas

Las plenarias de la Corte Suprema de Justicia serán públicas y televisadas, entre otras medidas que se adoptarán para transparentar el desprestigiado Poder Judicial. En esta entrevista su nuevo miembro Manuel Ramírez Candia anuncia que habrá competencia para ser funcionario, a partir de ahora.

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–¿Cómo le sienta el nuevo ambiente? De canillita al poder... 

–Mi actividad jurisdiccional data de 22 años. Para mí no es un nuevo ambiente. Es un ascenso. Es cierto, la diferencia es que acá se dispone de mayores recursos. Fui presidente de la circunscripción, sé cómo es el manejo administrativo. En lo jurisdiccional no tengo mayores problemas. Al llegar esta semana me encontré con 359 expedientes. El compromiso es enfrentar fundamentalmente la mora judicial. Hemos convenido con los funcionarios ponernos al día en el plazo de un mes. Y lo vamos a intentar.

–Debe ser atrapante estar arriba, pero la rosca consume, dicen.. 

–No creo que sea así. El tiempo creo que me va a dar la razón. Sabemos que la gente está expectante de los dos que hemos ingresado en este concurso. Para mí va a ser importante que nos acompañen en esta misión de transparentar el Poder Judicial combatiendo sus debilidades: la corrupción, la mora, la dependencia de factores externos, sean políticos o económicos, fundamentalmente. Somos conscientes de que estamos acá para honrar la confianza y no defraudar.

–¿Qué encontró de llamativo?

–La cantidad de expedientes. En su mayoría son en lo contencioso administrativo, mi especialidad. Son demandas contra el Estado para anular resoluciones. Corresponden a diferentes entidades públicas, Ministerio de Hacienda, Indert, IPS, etc. En Penal tenemos recibido solamente 78 (expedientes) y ya estamos resolviendo las cuestiones urgentes: impugnaciones, recusaciones, etc. Ya hemos dictado resoluciones inclusive...

–¿Cuántos relatores tiene? 

–Tengo 18.

–¿Es suficiente? 

–Vamos a analizar la efectividad. Les pedí producir resoluciones diariamente. Yo, como no tengo experiencia en la relatoría, voy a ver, de acuerdo a la productividad si realmente es suficiente, si es poco o si es mucho. Creo que en poco tiempo vamos a tener resultados.

–En cuanto al personal, ¿usted considera cambios? 

–Los relatores son cargos de confianza. Yo les voy a dar una oportunidad para que demuestren productividad y efectividad en el trabajo. Después, si no hay efectividad creo que debo considerar los cambios. En un mes vamos a ver. Por otra parte, estamos coordinando con el Dr. (Eugenio) Jiménez (quien también asumió esta semana) para pedir que las sesiones plenarias de la Corte sean públicas para que la ciudadanía pueda enterarse de lo que resolvemos cada ocho días en las cuestiones fundamentalmente administrativas.

–Eso implica que ingrese la prensa...

–Claro, eso es. La Corte tiene la TV-Justicia que todavía no se difunde por cable, solo por redes sociales. Lo que se pretende es que la ciudadanía se entere de lo que hacemos. Así cumplimos también con el principio republicano de publicidad de los actos de gobierno y asegurar también la transparencia. Y después vamos a estar trabajando en el control del área de penitenciarías que nos corresponde. Vamos a trabajar con auditoría de gestión para controlar la efectividad de los magistrados y eliminar los focos que favorecen la corrupción. El otro paso es que a partir de ahora, cuando haya vacancia, los funcionarios sean designados por concurso público y no limitado solamente a los funcionarios del Poder Judicial.

–Antes se centraba solamente en los funcionarios...

–Claro. No era un concurso público. No se divulgaba. Nadie sabía que había vacancia. Solamente los que estaban acá. Eso va a tener que cambiar. Así indica la Constitución.

–La fama que tiene el Poder Judicial es de ser coto de parientes. El ministro designa a su hijo, sobrino, yerno, a su mujer, etc.

- Y bueno, eso tiene que terminar y ceñirnos a lo establecido por la Constitución. Hay dos principios que hacen al acceso a la justicia, uno es la igualdad. La igualdad solamente se operativiza a través del concurso público. El otro es la idoneidad. La idoneidad yo puedo verificar con la carpeta, pero la igualdad solamente se produce a través del concurso.

–¿Y los parientes que ya están? 

–Eso tiene que cambiar. Los que ya están vamos a revisar y vamos a discutir, porque yo voy a plantear también una cuestión, aquel que ingresó sin concurso público a la función pública de carrera es un acto nulo. No lo digo yo, lo dice la Constitución. La Corte es custodio de la Constitución, la cumple, la interpreta y la hace cumplir. Lo que vamos a pedir no es nada de otro mundo.

–Si los ministros nuevos ven que hay parientes de los otros en la misma Corte, ¿deben renunciar?

–Claro. Y además, si no ingresó por concurso, cualquiera que no entre por concurso es un acto nulo. Yo personalmente voy a sentar postura en la plenaria, y no solo ahí sino a través de los expedientes judiciales, porque por suerte yo voy a entender en los procesos contencioso-administrativos, donde generalmente se discuten temas de esa naturaleza.

–Cuántos podrían ser...

– La información que tengo es que hay 14.000 funcionarios en el Poder Judicial pero no tenemos detallado. Ahora voy a revisar cuánto tenemos en Caazapá y cuántos en Villarrica, jurisdicciones que en este momento me corresponden...

–Eso puede tener repercusiones.

–Repercusiones positivas tiene que ser. Vamos a obrar en todo lo que sea transparentar la gestión. El compromiso, como le dije, es construir un Poder Judicial creíble. Para eso nos eligieron, para asumir posiciones.

–Hay mucho dinero en juego en los pleitos contencioso-administrativos. Dicen que hay organizaciones de abogados que se dedican a exprimir al Estado...

–Yo tengo esa información y la práctica me permite decir que aparentemente hay, porque casi siempre el Estado pierde. Por ejemplo, no solamente en lo contencioso sino también en las demandas civiles contra el Estado. El Estado tiene demandas por sumas considerables. Recuerdo que el procurador general de la República en años anteriores hacía un resumen de las demandas millonarias que hay. Nosotros vamos a controlar.

–¿De qué tipo son en general? 

–Hay cuestiones de funcionarios públicos destituidos que pretenden recuperar su lugar de trabajo, por ejemplo. Hay también cuestiones tributarias aunque en menor medida.

–Esta semana se publicaron denuncias de Yacyretá y una reacción de los abogados laboralistas...

–Sí, la cuestión es que esta entidad pública vino a presentar su preocupación por las indemnizaciones siderales que se le quiere obligar a pagar. Eso nosotros vamos a entender si llega acá. En esta sala no va a caer. Va a ser en otra, pero es una preocupación, en este caso de las autoridades de la entidad Yacyretá. Se les escuchó y si llega por vía de recursos se va a resolver conforme a derecho...

–Usted estaba haciendo residencia en Coronel Oviedo.

–Estuve en Coronel Oviedo mucho tiempo por una cuestión laboral, 22 años y 10 meses. Ahora ya me instalé en mi casa de Fernando de la Mora...

–¿Es cierto que empezó como vendedor de diarios? 

–Tenía un puesto de venta en Cerro Corá y Antequera. Empecé a los 10 años.

–¿De dónde emigró? 

–De San Roque González (Misiones). Mi padre era carnicero allá. Yo vine en realidad a los ocho años pero a los 10 fui a trabajar con un hermano mayor. La terminal estaba en esa zona de Paraguarí y Antequera, entre Cerro Corá y 25 de Mayo.

–Kid Pascualito era famoso allí...

–Era el encargado de seguridad de Rápido Caaguazú. Yo lo conocía. El Lector estaba a una cuadra. También comenzó como una casilla. Hoy es una gran librería.

–Era la edad de oro de las revistas....

–Estábamos en un lugar de gran movimiento de gente. Vendía Gente, Siete Días, La Semana, las historietas de aventuras como El Tony, D’Artagnan, de todo.... Así trabajando me pagaba la facultad, Derecho de la Católica. Recién cuando terminé la universidad me dejé de esa actividad.

–¿Estudiaba ahí en la calle? 

–Sí, y cuando estaba más urgido de tiempo cerraba y me iba a la facultad, me metía en la biblioteca (Pablo VI) y estudiaba toda la tarde (sonríe).

–¿Qué le indujo a seguir la carrera? 

–La información. Yo siempre leía mucho. Me resultaba curioso que los abogados siempre eran protagonistas y eso me gustaba. Después ya influyó la cuestión de la política. Me introduje en la política, a través del PLRA, en el 86. Estaba en el segundo año de la facultad. Fue algo circunstancial.

–¿Cómo ingresó al Poder Judicial? 

–Yo terminé en el 89 (la carrera). Trabajé en la profesión. Fui asesor jurídico de algunas municipalidades. Fui convencional constituyente en el 91-92. A finales del 95 me designan como miembro del tribunal en Caaguazú...

–¿Usted tiene alguna otra aspiración después de llegar a este nivel, el más alto de su profesión? 

–Es muy difícil pensar en cualquier otra cosa cuando uno está iniciando una etapa profesional de mucha responsabilidad. Mi pensamiento solo está en cumplir con la expectativa ciudadana. Estamos en esta tarea...

holazar@abc.com.py

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