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En las ocasiones que le tocó acompañar las vicisitudes de la república en sus horas aciagas, allí estuvo la mujer paraguaya, presta para realizar los más diversos papeles, colaborando en la manutención del pueblo en armas, acompañando a sus ejércitos, mitigando el dolor de los heridos y ahogando el suyo en sus propias lágrimas.
Estuvo como el que más, en los campos de batalla, bajo la metralla, en medio del estridor de las armas, asistiendo a los heridos en los hospitales de sangre y en diversas funciones en la retaguardia, suplantando a los hombres movilizados en las oficinas, en las fábricas, en la dirección del hogar y en el agro, cultivando y cosechando para el sustento de sus hijos, muchos destinados a la orfandad, y para el sostenimiento y manutención del ejército en campaña.
Las enfermeras del Chaco
Importantísimo fue el papel desempeñado por las mujeres en la Guerra del Chaco, tanto del lado paraguayo, como del lado boliviano. La presencia de la mujer en el drama bélico tuvo varios rostros. Fueron madres, esposas, hermanas, hijas, novias, enfermeras, madrinas, espías y hasta prostitutas.
De gran ayuda fueron las abnegadas mujeres, tanto en el frente de batalla como en los hospitales de la retaguardia. Era la mujer la encargada de educar y criar a los hijos cuyos padres se ausentaron en el cumplimiento de su deber para con la patria.
Le tocó a ella confeccionar uniformes, reemplazar a los hombres en las fábricas, oficinas y en las tareas rurales –en el Paraguay se dio el caso de que, durante el conflicto, no solo no se redujo el volumen de producción de determinados rubros agrícolas, sino que aumentaron de tal manera que su comercialización en el exterior ayudó a conseguir divisas, recurso de suma importancia en aquellos días–.
En la línea de fuego, muchas fueron las mujeres que tuvieron que soportar penurias y sufrimiento a la par que los combatientes, pero con el pesado compromiso de salvar vidas destrozadas por las metrallas y consolar el sufrimiento de los dolientes.
Entre sus prioridades estaban los heridos sin riesgo de muerte, pero aun así, consolaban a los moribundos en su dolorosa agonía. Eran aquellas heroicas mujeres quienes, entre tanto dolor, sangre y lágrimas proveían el último consuelo al moribundo y eran recipiendarias de los últimos mensajes del soldado para sus seres queridos.
Protagonismo silenciado
Largo sería mencionar las actividades realizadas por las mujeres: enfermeras, madrinas de guerra, trabajadoras de los talleres de retaguardia, las oficinas, las damas de la caridad, guías de los alumnos en el cultivo de hortalizas, etc. Por eso, la recordación a ellas es somera, pero justiciera y así como hoy conmemoramos la Paz del Chaco, nunca más lastimemos sus sentimientos con dolorosas ausencias de sus seres queridos.
surucua@abc.com.py