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Muy abierto y jovial, el embajador de Taiwán se considera amigo del Paraguay y en cada momento reitera su gratitud con el pueblo paraguayo. Orgulloso, muestra el certificado de “huésped ilustre” que le concedió la Junta Municipal de Asunción, y la condecoración con la “medalla de honor del comando de Fuerzas Militares”, que le otorgó el presidente Federico Franco.
Llegó al Paraguay en diciembre de 2011, “en la colita del Conejo”, y empezó con todo en enero de 2012, en el año del Dragón, que concluye el próximo 10 de febrero, para iniciarse el año de la Serpiente, también conocida como el Pequeño Dragón.
–¿Cómo evalúa este año del Dragón que está terminando?
–En un año y un mes que llevo aquí, puedo decir que pudimos alcanzar las metas con gran satisfacción. En primer lugar, tenemos los proyectos técnicos y, además de eso, hicimos una exitosa exposición de orquídeas en el Centro de Convenciones Mariscal López, hemos potenciado el proyecto de Floricultura en Caacupé y el Centro de Capacitación de la Cría de Tilapias con el presidente Federico Franco y el ministro Enzo Cardozo. Como segundo logro importante, en noviembre, cuando American Airlines reanudó sus vuelos, el Gobierno paraguayo otorgó visas de arribo a seis países, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Taiwán y Rusia.
–También incursionaron en la ayuda humanitaria.
–Además de la asistencia técnica, también quisimos hacer algo en la campo de la ayuda humanitaria y justamente en las inundaciones del Chaco nuestro helicóptero se convirtió en héroe, pues era el único medio de llevar la ayuda, y encima una señora dio a luz en él. Ahora estoy haciendo el trabajo para concretar la donación de otro helicóptero UH-1H para la ayuda humanitaria. En aquel momento también hemos contado con la colaboración de la Secretaría de Emergencia Nacional y la comunidad china, que realizó colectas en varias ciudades y en Ciudad del Este, para repartir botas y colchones a los indígenas damnificados del Chaco. También fuimos con otros colegas a la cárcel de Tacumbú con utensilios y artículos de limpieza. Todo esto lo hacemos porque apreciamos mucho al pueblo paraguayo.
–¿Qué proyectos tienen en la mira?
–Queremos que se concrete la fábrica de alimentos balanceados, que ya está en camino. También tenemos un proyecto de horticultura para que los agricultores sigan produciendo buenas verduras y hortalizas. En la dieta del pueblo paraguayo las verduras cada día son más aceptadas. Esto va a ser un proyecto muy importante en el futuro. De cualquier manera, a mí me gusta mucho la chipa, y creo que es la mejor comida paraguaya. Es mi plato favorito...
–¿En las relaciones entre Taiwán y Paraguay, qué marcó este año chino que va concluyendo?
–Fue muy importante para las relaciones bilaterales entre Paraguay y Taiwán. La misión mía es venir aquí para mejorar y fortalecer aún más las relaciones para las que ya tenemos una base muy sólida, muy buena y muy fraterna, porque queremos mejorar aún más con el nuevo gobierno. El crecimiento económico en Paraguay está subiendo y en el país se están levantando la bonanza y la prosperidad. Nosotros queremos ayudar. Mientras en Estados Unidos, Europa y países de Asia todavía están en recesión, veo aquí en Paraguay esa energía para despegar. Brindar una cooperación para el desarrollo económico del Paraguay es una misión mía y de la política exterior de mi gobierno. Las promesas hechas en la política exterior de la República de China en Taiwán siempre se cumplen, porque son parte de proyectos bilaterales. Existe coherencia en la política exterior, sin importar que sea yo o mi sucesor el que lo implemente.
–¿En la comunidad internacional, cómo le fue a Taiwán?
–El presidente Ma Ying-jeou, en su segundo mandato, tiene los principios de fortalecer aún más las relaciones con los países aliados, y con los países con los cuales no tiene relación diplomática, también queremos aumentar nuestros intercambios. Estamos intentando la participación significativa en los foros internacionales. Uno muy importante para nosotros es el Foro de Naciones Unidas para el Cambio Climático, y otro es la Organización de la Aviación Civil Internacional. Si es posible, también queremos que el Gobierno paraguayo pueda mencionar algo en la Asamblea General de las Naciones Unidas en setiembre a favor de nuestra participación significativa.
–¿Cuál es la situación en el Mar de China Oriental?
–Tenemos un plan de Acción para concretizar la “Iniciativa de Paz en el Mar de China Oriental”. Japón, China Continental y Taiwán reivindican los derechos sobre las islas conocidas como Diaoyutai, que los japoneses denominan Senkaku. Nosotros queremos dejar de lado la confrontación e iniciar un diálogo de paz. Es por eso que el presidente Ma Ying-jeou propuso el 5 de agosto de 2012 la iniciativa de paz basada en el concepto de que, mientras la soberanía es indivisible, los recursos pueden ser compartidos. Por ende, la iniciativa de paz exhorta a las partes a sustituir la confrontación por el diálogo poniendo de lado las disputas territoriales para entablar negociaciones, formular un código de conducta en el Mar de China Oriental y establecer un mecanismo para el desarrollo conjunto de los recursos.
–¿Cómo se entiende esa propuesta?
–Hay dos etapas. La primera es dejar de lado las disputas territoriales e iniciar los diálogos constructivos. La segunda etapa es compartir los recursos a través del desarrollo conjunto, y hay unos puntos claves que pasan por el código de conducta, conservación y administración conjunta de los recursos vivos y explotación conjunta de los recursos inertes, investigación científica y protección conjunta en medio ambiente marino, ejercicios conjuntos para mantener la seguridad convencional y no convencional en el Mar de China Oriental. Con el correr del tiempo podemos avanzar en los tres carriles paralelos de diálogos bilaterales entre la República de China Taiwán y Japón; República de China Taiwán y China Continental; Japón y China Continental, a un único carril de negociaciones trilaterales.
–¿Con eso se lograría la paz regional?
–La paz regional es muy importante para nosotros porque influye en el futuro en la paz mundial. Yo soy católico, y considero que el saludo de la paz en la misa es un núcleo central.
–¿Qué augurios trae el año de la Serpiente?
-Año del Dragón y año de la Serpiente siempre son momentos para motivar a la gente a trabajar bien. Queremos hacer más amistad y trabajar con las partes paraguayas para beneficiar aún más al pueblo paraguayo necesitado. También quiero reiterar los principios de la política exterior del presidente Ma (2008-2016), que son tres: objetivo legal, procedimiento legítimo e implementación eficaz.
–¿Cómo se explicaría mejor eso?
–Por ejemplo, en la cooperación bilateral, cuando trabajamos con algún ministerio, es importante al conseguir la cooperación taiwanesa cumplir estos tres principios citados. A Taiwán, antes del 2008, la gente atacaba y hablaba de la diplomacia de la chequera. Queremos borrar esa calumnia con una diplomacia decente, diplomacia responsable y eficaz, una diplomacia para beneficiar sí o sí al pueblo paraguayo. Queremos ayudar directamente a la gente de menores recursos económicos, pensar en los más pobres. Eso es lo más importante para nosotros.
La música y la literatura son muy buenas para la salud
El penúltimo de siete hermanos –cinco varones y dos mujeres–, el embajador José María Liu nació en Pingtung, en el sur de Taiwán, en 1958. Su padre era militar discípulo de Chang Kai Shek, llegó a la Isla de Formosa en 1949 junto con todos sus soldados. Su madre era ama de casa y profesora de primaria.
“Mi señora, María Ku, y yo somos taiwaneses, hemos nacido en Taiwán, pero nuestros padres vinieron de China continental”, cuenta.
Habla muy bien el español, idioma que admira y hacia el cual siente mucho afecto. Es egresado del Departamento de Español de la Universidad de Tamkang y máster por la Universidad Católica de Taiwán. Fue profesor de gramática española en Taiwán.
También realizó estudios de investigación y perfeccionó su español en Panamá, donde usufructuó una beca.
Empezó su carrera diplomática en el Ministerio de Relaciones Exteriores (MOFA) en Taiwán, luego siguió en España y Honduras para regresar a su país.
Esta es la segunda misión en nuestro país. Estuvo antes como consejero y ministro de Embajada en Paraguay entre 2001 y 2007. Luego retornó a Taiwán y ahora nuevamente está en nuestro país desde diciembre de 2011.
Es amante de la literatura española e hispanoamericana y le encanta la música, hecho que lo demuestra cantando muy bien un karaoke. “La música es buena para la salud y el estado de ánimo. Por eso digo que la música y la literatura son parte de la vida”, sostiene.
Proviene de una familia católica, religión minoritaria en Taiwán. “A los seis días de haber nacido ya me bautizaron”, refiere. Está casado con María Ku de Liu y tiene tres hijos: Sofía, Félix y Fermín.
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