Cargando...
El pedido de desafuero del diputado Ibáñez (ANR), imputado por los delitos de cobro indebido de honorarios, estafa y uso de certificados sobre méritos y servicios de contenido falso, tuvo ingreso en la Secretaría General de la Cámara de Diputados durante la mañana de ayer.
El documento fue remitido por el juez de garantías, Rubén Darío Riquelme, y está dirigido al presidente de la Cámara de Diputados, Juan Bartolomé Ramírez (PLRA). Dado que esa Cámara está actualmente en receso, el ingreso formal del pedido judicial se dará recién en marzo, en la primera sesión ordinaria de 2014.
El procedimiento legislativo establece que el pedido se remita a la comisión de Asuntos Constitucionales para un dictamen. Posteriormente, el pleno de la Cámara debe definir si hace lugar al pedido. Para dejar sin fueros al legislador y que pueda ser procesado, son necesarios dos tercios de votos de los integrantes del cuerpo legislativo.
Más allá de las consideraciones técnicas y formales acerca del pedido del juez, primará la decisión política del cuerpo, admitieron diputados de distintas bancadas que fueron consultados por nuestro diario.
El caso del diputado Ibáñez tuvo amplia difusión en los medios de comunicación. De acuerdo con los antecedentes, tres personas: Favio Ernán Gómez Chamorro, su pareja Viviana Falcón y el hermano de la mujer, Ever Isaac Falcón, todos ellos empleados particulares del legislador colorado en una quinta de su propiedad en Areguá, figuraban como funcionarios en las planillas de la Cámara de Diputados, de donde percibían sus salarios.
Además de esta irregularidad, Ibáñez está sospechado de quedarse con parte del dinero. También está procesada por el caso Lorena Plabst, esposa del diputado, así como su jefa de Gabinete, María Liz Gutiérrez.
¿Una prueba divina?
José M. Ibáñez, quien aseguró que no se escudará en su fuero, quiso hacer creer, al hacerse pública la situación de sus “caseros”, que los mismos cumplían funciones en la Cámara de Diputados. Los presentó como unos jóvenes humildes y “brillantes” al que él ayudaba en forma desinteresada.
Posteriormente, se reveló que los “caseros” recibían menos dinero del monto que tenían asignado como salarios en la Cámara. Ibáñez dijo, en referencia a su situación, que él era “consciente de que Dios entrega las peores batallas a sus mejores soldados”.