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El Grupo de Tarea no creyó necesario contar con aquellos protocolos judiciales propios de quienes actúan dentro del marco de las regulaciones legales, que hablan de órdenes de aprehensión, de allanamiento o incautación, etc., y resulta llamativo dentro de ese contexto que, en la búsqueda de drogas o ramas robadas, el encargado del operativo no esté enterado de que, para validar su actuación, era necesario contar con autorización de un juez. En esa región y sus alrededores hay varios jueces de paz, que sin inconvenientes iban a acompañar o expedir la correspondiente orden.
Coco Villar, sindicado por testigos falsos como uno de los supuestos asesinos del vicepresidente Luis María Argaña, fue ejecutado el 2 de julio de 1999 en la localidad de Montelindo, km 210, Chaco. En aquel entonces, familiares de Villar se encontraban en tratativas con activistas de derechos humanos y religiosos para la entrega pacífica de Villar a las autoridades, a fin de esclarecer su situación, precisamente debido a que él temía por su vida.
Villar recibió las siguientes heridas: 1) herida de bala, con orificio de entrada y salida a nivel del surco nasogeniano lado izquierdo (alas de la nariz) con orificio de salida en la región paramentoniana a la derecha de la línea media; 2) una herida de bala con orificio de entrada en la cara interna posterior del brazo lado izquierdo y orificio de salida de salida en la cara extrema parte anterior del mismo lado, con trayectoria de atrás para adelante, ligeramente de derecha a izquierda, 3) una herida de bala con orificio de entrada en región infraescapular izquierda y con orificio de salida en región pared lateral izquierda del tórax, aproximadamente de 5 centímetros de longitud.
La versión oficial divulgada en la época habla de un supuesto enfrentamiento entre Villar y militares que acudieron al lugar. El caso fue atendido por el entonces juez del crimen Emiliano Rolón, hoy miembro del tribunal de apelación en lo penal y uno de los candidatos a la Corte Suprema de Justicia, quien pasó por alto todas las llamativas circunstancias que rodearon la muerte de Villar, para concluir que se trató de un enfrentamiento.
Rolón integra con sus colegas Agustín Lovera Cañete e Irma Alfonso de Bogarín la terna para la Corte.