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El comandante de la Policía Nacional reveló que fue advertido por miembros de la Comisión Bicameral que investiga el asesinato del periodista de ABC Color, Pablo Medina, de la presencia de una rosca de uniformados “coimeros” en el departamento de Canindeyú. Estos policías estarían recibiendo dinero de los narcotraficantes en forma mensual para que supuestamente dejen pasar la carga sin ser sometidos a controles.
“Estuvimos analizando esa información, ya analizamos con los parlamentarios en la Comisión de investigación de la muerte de Pablo Medina”, expresó. Alvarenga señaló ayer en Palacio de López que el informe que los senadores le entregaron le resultó “muy llamativo”.
Pide denuncia formal
Cuándo se le preguntó llamativo en qué sentido, contestó: “De que se hable de esa forma. Yo quiero que se haga una denuncia formal para que pueda tomar yo las medidas correctivas”, manifestó.
Más adelante indicó que ordenó que el Servicio de Inteligencia y personal de Asuntos Internos vaya al departamento de Canindeyú para analizar las denuncias hechas por los integrantes de la Comisión Bicameral.
Alvarenga participó ayer del acto de juramento del embajador paraguayo en Alemania y del exsecretario privado del Presidente, Fernando Ojeda.
US$ 400 millones
Una investigación iniciada por este diario dejó al descubierto un mapa de las comisarías, subcomisarías y puestos policiales del departamento de Canindeyú en la que los policías reciben dinero de narcotraficantes a cambio de hacer “la vista gorda” al negocio de la marihuana, muy floreciente en esa zona.
Esta recaudación era repartida a los jefes de los distintos locales policiales, quienes establecían el monto de la “coima” (soborno) en montos que iban desde 400.000 guaraníes en el caso más accesible, hasta 6.000.000 de guaraníes. El monto más alto correspondía al Puesto Policial 1, ubicado en el kilómetro 7 en Salto de Guairá, a cargo del comisario Darío Darío Ramón Melgarejo. La recaudación anual de este esquema de coima se estima que llega a US$ 400 millones.
Nuevamente aparece involucrado el clan Villalba: la diputada colorada Cristina y su hermano el intendente de la Paloma, Carlos “Cabrito” (ANR). Los Villalba son amigos del prófugo autor material del asesinato de Medina, Neneco Acosta.