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Según el exdiplomático carioca, si no fuese por la intervención de su país en 1996, el expresidente paraguayo Juan Carlos Wasmosy habría sido derrocado por un golpe de Estado planeado por el fallecido general Lino Oviedo.
El extenso relato publicado en una columna firmada por De Oliveira comenta los entretelones que se dieron esos dos días en que el gobierno de Wasmosy pendía de un hilo por la sublevación de Oviedo.
“Si Bambino (Sebastian Do Rego Barros Netto) no estuviese al frente de Itamaraty (Cancillería de Brasil), tal vez Paraguay hubiese sufrido un golpe de Estado militar que desmoralizaría al Mercosur”, redactó.
“Pantalones puestos”
El expresidente paraguayo señaló que tanto el embajador de Brasil como los demás diplomáticos de Estados Unidos, Argentina, Bolivia, Venezuela y hasta del Vaticano, le expresaron respaldo a la continuidad de su gobierno, aunque también aseguró que “el que tuvo los pantalones bien puestos para poner orden fui yo”, como buscando restar todo el crédito a lo dicho por De Oliveira.
Wasmosy reconoció también que el embajador de Estados Unidos Robert Service le instó a no renunciar a la Presidencia. Wasmosy se mantuvo en la sede de la Embajada norteamericana, pero negó que su permanencia haya sido en calidad de asilo durante el intento de golpe de Estado. “No fui asilado bajo ningún concepto si quieren preguntar en la Embajada, adelante”, dijo.
Otra versión
El libro “El Ocaso de un Jinete” señala que el exmandatario se resguardó en la Embajada, y fue allí donde recibió el mensaje de Oviedo de que el Presidente y el vicepresidente (Ángel Roberto Seifart) renuncien al cargo para poner fin a la crisis, sin que haya derramamiento de sangre. El libro señala además que el embajador De Oliveira estaba de acuerdo con la renuncia de Wasmosy y que fue su colega de EE.UU. y el representante de la OEA César Gaviria, quienes pidieron al paraguayo que no entregara el mando.