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El titular del Indert mencionó que ni siquiera son lindantes con el área establecida en torno a Puerto Casado, donde el Congreso determinó la necesidad de expropiar 52.000 hectáreas de tierra.
La Ley Nº 2.730 dispuso el perímetro que debe ser expropiado, pero en el listado de fincas afectadas por la medida se incluyeron tres que están fuera del polígono. En conjunto, estas fincas superan las 90.000 hectáreas.
La ley de expropiación dispuso la prohibición de innovar; es decir, la empresa coreana no puede disponer de la propiedad en una superficie mucho mayor que la inicialmente expropiada. Mientras la ley habla de 52.000 hectáreas, la expropiación abarca de hecho 130.000 hectáreas.
Sumando a esta grave irregularidad, Ibáñez confirmó ayer que el Estado paraguayo no pagará en el año 2006 a Victoria SA por la expropiación de sus tierras, pues no se previó un centavo para cubrir la desafectación.
Esta decisión es una abierta violación al convenio de promoción de las inversiones vigente con la República de Corea, que dispone en caso de expropiación el pago al contado, a precio comercial y en breve lapso. Paraguay piensa pagar en cuotas y no se sabe cuándo comenzará a hacerlo.
¿De dónde aparecieron las tres fincas incluidas en la Ley 2730, fuera del polígono de expropiación? ¿Quién realizó la avivada de aumentar la superficie expropiada a Victoria SA?
Para dar una idea de la aberración cometida mencionamos el caso de la finca Nº 21.051, de 2.800 hectáreas, que es parte de una superficie mayor. La fracción está a 160 kilómetros de Puerto Casado, completamente aislada del sitio donde supuestamente se llevará a cabo un programa de colonización.
Parece descabellado, pero en realidad se tiene como objetivo acceder a una importante reserva de palo santo, así como a las formaciones de palo azul que existen en el sitio. El palo santo, como se sabe, es una especie muy cotizada.
El nombre científico del palo azul es Cyclolepis genistoides y está muy asociado con la medicina popular. Su acción terapéutica se vincula sobre todo con la diabetes, así como con el reumatismo, gota ciática, lumbago, depurativo, cólicos renales y hepáticos. Los pobladores indígenas emplean con frecuencia el palo azul para combatir golpes internos.
Entre las comunidades indígenas del Chaco paraguayo, el palo azul es muy conocido. Estos conocimientos fueron transmitidos a la sociedad occidental, de allí que exista una demanda cada vez mayor, dado se empleo medicinal.
Esto explica el creciente interés de la comunidad científica internacional para investigar sus propiedades, lo que puede abrir la posibilidad de que se repita el caso del kaa heê, cuyo principio químico activo fue investigado y patentado en Japón sin consideración del origen en Paraguay y la fuente ancestral del conocimiento.
Precisamente a Japón se exporta en forma ilegal el palo azul, en cantidades cada vez más crecientes. La industria farmacéutica japonesa puede investigar el principio químico del palo azul y una vez patentado tendremos que pagar derechos de patente al Japón por una especie llevada a Oriente en forma ilegal desde el Chaco paraguayo.
¿Qué otro uso se puede dar a un pantano situado a 160 kilómetros de Puerto Casado? Es una avivada que puede generar miles de dólares.
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