Hurgar en latrocinios aumentaba el peligro

Formar parte del plantel de periodistas de ABC traía implícita la posibilidad de ser convocado “para averiguaciones”, demorado o arrestado. La prueba es el tendal de detenciones y agresiones institucionales a lo largo de su trayectoria, durante y después de la dictadura. Hurgar en los latrocinios cometidos por los funcionarios –en general, impunes– potenciaba el riesgo de perder la libertad.

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En 1968, el primero en ir a parar a la cárcel fue el jefe de Redacción Roberto Thompson. En 1972 fue el turno de Francisco Talavera.

En diciembre de ese mismo año se fue preso Miguel Ángel Curiel. La temida policía de Investigaciones virtualmente lo secuestró y lo hizo desaparecer por varios días. Sus familiares y compañeros de trabajo lo volvieron a ver con vida varios días más tarde después de una angustiosa incertidumbre.

Thompson fue aprehendido de nuevo en 1974. Fue mantenido incomunicado por meses. Tras ser liberado decidió abandonar el país. Emigró a Estados Unidos.

Alcibiades González Delvalle estuvo preso e incomunicado entre noviembre y diciembre de 1979. Volvió a ser aprehendido en junio de 1982, y luego en setiembre de 1983.

“Metámosla en gorra...”

Había firmado un comentario dominguero en el que dijo en sentido figurado que había que desconocer la ley si esta no servía para hacer justicia. Enfocó un caso policial (juicio por asesinato) para criticar la decisión del juez de mandar a la cárcel a un adolescente “por mentiroso”, porque en su declaración testifical, preguntado por su edad, dijo: “agueroguatá 18” (estoy por, o cerca de los 18). El muchacho tenía 17.

El periodista dijo que si una ley impide que una madre se entere cómo fue el asesinato de su hijo, entonces “al diablo con esa ley, metámosla en gorra”.

Fue acusado de incitación a la violación de la ley.

Héctor Rodríguez

El 29 de febrero de 1980, fue arrestado el periodista Héctor Rodríguez (fallecido el año pasado), alojado en una celda de la Central de Policía. Publicó declaraciones de Juan Ramón Chaves, presidente de la ANR. Este anunció que los exiliados del MOPOCO podían regresar.

La información irritó profundamente a Stroessner quien ordenó al dirigente desdecirse. Rodríguez estuvo incomunicado hasta el 27 de marzo de ese año.

En agosto de 1982, le llegó el turno a Ramón Santiago Moreno, corresponsal de ABC en Luque. Estuvo preso cuatro meses.

Acusado de “comunista”, el 9 de abril de 1983 fue expulsado del país el periodista uruguayo José María Orlando. Asesoraba en edición y estilo a los periodistas.

En julio la ola de detenciones alcanzó al director y en diciembre al periodista Jesús Ruiz Nestosa, liberado la Nochebuena de aquel año.

El 16 de marzo de 1984 volvió a la cárcel Zuccolillo hasta que se consumó el cierre definitivo.

Montanaro, portavoz de la represión stronista, esgrimió que ABC fue cerrado “por predicar el odio entre los paraguayos”.

Con el diario clausurado, en 1985 fue detenido Edwin Brítez, objeto de un interrogatorio y el allanamiento de su domicilio. Trabajaba como coordinador de la revista “Nuestro Tiempo”. Fue liberado al día siguiente.

En 1985, fueron convocados por el entonces jefe de Policía, Alcibiades Brítez Borges, el director de ABC y el de radio Ñandutí, Humberto Rubín, para ser advertidos, “invitados” a abandonar el territorio “si no les gustaba el país”.

Los suplementos posclausura

La mayoría de los periodistas de ABC y los funcionarios de las distintas secciones fueron absorbidos por el diario Noticias, creado a iniciativa del dictador por su amigo el empresario Nicolás Bo.
Sin embargo, quedó un plantel de interdictos, en la lista negra de la policía política.

Estos tuvieron la iniciativa de crear dos semanarios. El primero se llamó el “Extra deportivo - Semanario Color”.

El segundo fue el “Suplemento Educativo”.

El 30 de mayo de 1984, Montanaro prohibió la salida del “Extra Deportivo” por estar redactado “por periodistas no deportivos”.

“Por razones de seguridad interna”, el 13 de junio de ese mismo año, el periodista Alfredo M. Seiferheld recibió la prohibición de publicar el “Suplemento Educativo” donde figuraba como director.

En abril del 85, periodistas de ABC, bajo la dirección del entonces obispo de Benjamín Aceval, monseñor Mario Melanio Medina, pidieron autorización para editar el semanario “El Chaqueño”. El permiso les fue denegado.

Más adelante, los mismos periodistas, bajo la protección del religioso, editaron la revista mensual “Nuestro Tiempo”.

Al principio, la impresión fue clandestina por falta de una imprenta que se animara a editarla. “El Gráfico” se animó a hacerlo, pero fue allanada y los ejemplares incautados.

Entre otras agresiones, hubo un caso pintoresco, en setiembre de 1982 cuando un guardaespaldas de Stroessner, Narciso Soler –analfabeto con mucho poder– tomó con sus hombres la sede de ABC en completo estado de ebriedad y fuertemente armado. (Continuará...)

holazar@abc.com.py

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