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Humberto Rubín criticó al cartismo por usar la Secretaría de Información y Comunicación (Sicom) y al Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) para extorsionar a radios del interior.
“Es de terror, la vergüenza más grande”, lamentó. Recordó momentos en los que el stronismo buscaba intimidar a los periodistas durante el régimen dictatorial que se extendió desde 1954 hasta 1989.
Recordó la censura y los ataques directos de parte de los medios oficialistas en la época de la dictadura y la utilización del programa “La voz del coloradismo” para intimidar a quienes consideraban “enemigos” y para informar con respecto a “las obras” del gobierno, como plantean hacer ahora recurriendo a colocar en las radios publicidad de las instituciones del Estado.
“Era impresionante, amenazaban sin decir nombres. Pero cuando decían que iba a pasar algo referente a mí o a Aldo Zuccolillo, teníamos que estar preparados porque sin falta ocurría”, relató en contacto con ABC Cardinal.
Estos recuerdos surgieron luego de que se diera a conocer que el cartismo intenta utilizar la Sicom y Conatel para extorsionar a radios del interior y hacer que difundan informaciones positivas del Gobierno. “Es de terror, la vergüenza más grande, peor si sos propietario y periodista de una radio y alguien del exterior te pregunta si esto es verdad”, manifestó Rubín.
Como en los peores tiempos de la dictadura stronista, el oficialismo colorado prometió pagar a los propietarios de radios de interior con millonarias pautas estatales para que hagan propaganda con las “buenas noticias” del Gobierno nacional. El encargado de entregar la “oferta” fue el mismísimo vicepresidente de la República, Juan Afara, quien pidió a los radiodifusores que “dirijan” a sus empleados para que sigan las líneas.
Rubín apuntó que le daba vergüenza esta situación y que si lo llamaban colegas del exterior para preguntarle si es verdad esto que está ocurriendo, iba a tener que decirles que sí.
El comunicador se refirió también al lenguaje que utilizaron el vicepresidente Afara y el diputado Pedro Alliana, presidente del Partido Colorado, que recuerda mucho a las expresiones de los personeros del stronismo, cuando amenazaban con “¡tuerca, tuerca!” a quienes osaban oponerse al régimen dictatorial.
Amenazas y ataques pasados
Radio Ñandutí fue uno de los blancos de la dictadura, por su postura independiente y por dar cabida a los dirigentes críticos al régimen stronista. Por causa de esa actitud, tanto su propietario como sus trabajadores recibieron numerosas amenazas y ataques, que incluyeron interferencias constantes a su señal y la rotura de sus instalaciones por parte de una turba alcoholizada. Finalmente, la dictadura de Alfredo Stroessner clausuró la radio en 1987 y solamente pudo salir al aire nuevamente en 1989, tras el golpe que puso fin al régimen despótico.