Holocausto paraguayo en Guerra del ’70

Aunque siempre ha habido cierta controversia sobre el número real de muertos que sufrió el Paraguay en la Guerra de la Triple Alianza, estudios bastante recientes han confirmado plenamente la monstruosa magnitud de aquel verdadero holocausto.

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Probablemente el más riguroso de esos estudios fue el realizado por el historiador estadounidense Thomas L. Whigham y su colega alemana Barbara Potthast. Lo llamamos a Whigham a su oficina de la Universidad de Georgia para hablar del tema.Las conclusiones de Thomas Whigham, doctor de la Universidad de Stanford y profesor en la Universidad de Georgia, Estados Unidos, y Barbara Potthast,  de la Universidad de Colonia, Alemania, fueron publicadas originalmente en 1999 en un artículo en la Latin American Research Review titulado "The Paraguayan Rosetta Stone: New Evidence on the Demographics of the Paraguayan War, 1864-1870", posteriormente ampliado en un ensayo en la misma publicación, del año 2002, bajo el título "Refining the Numbers: A   Response to Reber and Kleinpenning".

Censo de 1870

El trabajo está basado en un censo que mandó hacer el gobierno provisional paraguayo, bajo ocupación brasileña, entre 1870 y 1871, el cual estuvo por más de un siglo oculto entre montañas de papeles a los que nadie prestaba atención en el Ministerio de Defensa Nacional.

Según ese censo, inmediatamente después de la guerra la población paraguaya había quedado reducida a 116.351 habitantes. La cifra no es del todo exacta, según nos explica Whigham. No están incluidos algunos "partidos" o distritos y en esa época era común subestimar el número de niños.

"Nosotros hicimos unas correcciones y establecimos un número aproximado de 150 a 160.000 habitantes, de los cuales solo aproximadamente 28.000 eran hombres adultos. La relación de mujeres por varón era en general de alrededor de 4 a 1, pero había sitios donde llegaba a 20 a 1 y más", dice el investigador.

El hallazgo de este censo de 1870-1 (dicho sea de paso, Whigham nos comenta que se "perdió" el original, aunque afortunadamente existen copias) fue, por supuesto, de enorme importancia para dimensionar el número de víctimas de la guerra, pero no resolvió de por sí el problema, debido a que no existe un censo confiable de los años que antecedieron a la conflagración.

Población antes de la guerra

Mucho se ha repetido que en 1864 la población paraguaya había alcanzado el millón de habitantes, pero Whigham dice que esta es una cifra probablemente exagerada, que proviene del libro del cronista belga Alfredo DuGraty ("La Republique de Paraguay"), quien había sido contratado por Carlos Antonio López para promocionar el país y su régimen.

El último censo de preguerra conocido es el de 1846, que consignó 238.862 habitantes. De nuevo aquí, señala Whigham, es necesario hacer correcciones por ausencia de algunos distritos y subestimación de la población infantil. Con todo, hechas las estimaciones de rigor y aplicando una tasa de crecimiento poblacional de entre 1,7 y 2,5 por ciento anual, que eran los promedios habituales en la región en esa época, se llega a que en el Paraguay de 1864 había entre 420.000 y 450.000 personas, aproximadamente.

Holocausto paraguayo

Sobre la base de estas cifras, Whigham y Potthast concluyen que en el curso de tan solo un lustro desapareció entre el 60 y el 70 por ciento de la población total del país, "lo cual es un porcentaje enorme, prácticamente sin precedentes en la historia de una nación moderna".

Otros investigadores, como Jan Kleinpenning, sostienen que la población de posguerra era de 220.000. Whigham cuestiona las fuentes de esta información, pero señala que, aun si la cifra fuera correcta, la disminución poblacional habría sido del orden del 50 por ciento, algo igualmente extraordinario.

"Si lo consideramos en términos proporcionales, no hay muchos casos como estos en la historia moderna. Tal vez solo las terribles guerras balcánicas que antecedieron a la Primera Guerra Mundial. Se suele mencionar como ejemplo de catastrófica mortandad la que sufrió Rusia en la Segunda Guerra Mundial, con unos 20 millones de muertos, pero eso representó no más del 12 por ciento de la población rusa de la época", subraya el historiador norteamericano.

Sufrimiento extremo

Le preguntamos a Whigham si la mayoría de las personas que dejaron de habitar el Paraguay efectivamente murió como consecuencia de la guerra, o hubo una parte considerable que simplemente emigró. Dijo que, si bien algo de migración hubo, esta no fue masiva. No hay evidencias de grandes contingentes de refugiados paraguayos en la región, más allá de algunas crónicas que mencionan mujeres que deambulaban y mendigaban en la zona de Mato Grosso. Además, realmente no había muchas opciones a dónde ir. Lo que sí hubo mucho fue migración interna, de gente que huía de las comunidades ribereñas para escapar de la soldadesca de ocupación y se dirigía tierra adentro.

De las aproximadamente 300.000 víctimas, buena parte murió en combate, como lo prueba la altísima disminución de la población masculina. El resto murió a causa de crímenes, penurias y, sobre todo, enfermedades, hambre y agotamiento.

No hay que olvidar, nos hace notar Whigham, que el país sufrió un colapso productivo durante los largos años de la guerra, justamente por la falta de mano de obra masculina para los trabajos duros de las chacras. Las mujeres, los niños y los ancianos se podían dedicar a la agricultura hasta cierto punto, pero no había bueyes para arar la tierra y era poco lo que podían producir en esas condiciones. Pronto eso se volvió un tremendo círculo vicioso. Los alimentos cada vez escaseaban más y, debido a ello, también mermaban las energías para cultivar y se deterioraba la salud.

Se ha estado hablando últimamente de reparación histórica al Paraguay. Es un tema a discutir. Whigham tiende a ser cauto en este punto. Pero el extremo sufrimiento del pueblo paraguayo en la Guerra de la Triple Alianza es algo que no se puede soslayar ni olvidar.
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