Cargando...
A Cartes le gusta mostrarse en público como alguien sensible, particularmente hacia las personas de avanzada edad y los niños, insta a la no agresión entre los paraguayos, la tolerancia, el diálogo, pero en el momento menos esperado de sus alocuciones desliza fuertes ataques a sus adversarios políticos y a la prensa.
No podrían considerarse simples deslices o deschavetamientos del Presidente en momentos de “excitación emotiva” cuando las diatribas se repiten. La semana última, en actos con la dirigencia colorada afín en Fram (Itapúa) y Ciudad del Este (Alto Paraná), el mandatario repitió su cuestionamiento a la prensa por haber incitado a la violencia, según él, durante las protestas del 31 de marzo pasado en la capital por el intento de una ilegal enmienda de la Constitución para habilitar la figura de la reelección. En el este inclusive ya sugirió que los periodistas Óscar Acosta y Menchi Barriocanal vayan a la cárcel a acompañar al joven liberal Stiben Patrón.
Cartes ya venía cuestionando a la Fiscalía porque consideraba que la misma no actuaba, habiendo pruebas filmadas, según él, para encerrar a los que quemaron parte del Congreso. Pero luego de un reclamo público, en un acto colorado, que realizó a la Fiscalía por el mismo tema, el organismo propició la detención de Patrón y su remisión a la penitenciaría de Emboscada, donde aún sigue.
Los ataques del Presidente no pueden pasarse por alto, por la simple anécdota, porque se trata del posicionamiento de la cabeza de un poder del Estado, que tiene sus influencias en otras esferas del poder público, como la justicia, en un contexto de endeble institucionalidad, tráfico de influencias, injerencias políticas y corrupción.