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–Fue una sorpresa Macri presidente. Usted fue su asesor de imagen. ¿Cómo hicieron?
–Soy su asesor principal, también de María Eugenia (Vidal) en la provincia (de Buenos Aires). Fue un triunfo descomunal. Lo que hizo Macri fue acercarse a la gente, conversar, vestirse informalmente, no permitir que lo llamen “Señor”. Es “Mauricio” y listo. Eso tiene un efecto político trascendental. Los políticos a la antigua ya caen mal. La gente de hoy tiene otras expectativas, nuevas inquietudes, otras angustias, no está más apegada a las cosas tradicionales. El hijo ya no hace lo que el papá le dice. Yo le digo algo a mi nieto y me discute. Soy profesor de Estrategia Política en la Universidad. Hay que cuidarse de pifiar porque el alumno tiene su celular conectado a Google. Digo algo mal y me interrumpen enseguida, y me corrigen.
–¿Es lo que pasa en Estados Unidos con el fenómeno (Donald) Trump?
–Exactamente. ¡Cuidado con Trump que puede ganar! No dice nada de lo que los académicos les gustaría que diga, nada coherente. Para la gente común es perfecto, por las cosas locas que dice.
–¿Y qué pasó aquí? Nadie se hubiera imaginado a Dilma y Cristina afuera; Maduro entre la espada y la pared, Evo que perdió su referéndum, Correa ya más callado.
–Están cayendo todos. Voy más allá. Hay que preguntarse qué pasa en Europa, en Austria. Llegan a segunda vuelta un neonazi y un ecologista.
–¿Qué es?
– Cualquier persona, incluida la del interior del país tiene un teléfono que le informa y se entera de cosas que no sabía antes.
–¿Paraguay también?
–Me llamó la atención una encuesta que se hizo hace un mes en Paraguay, un país tradicionalmente muy partidista. “¿Usted pertenece o simpatiza con el Partido Colorado?”. Contesta que sí el 45%. Al liberal responde el 27, 28%. Parecería que hay muchos colorados y liberales, pero después se hace la pregunta: “¿Usted prefiere que el próximo Presidente sea colorado?”. La mitad de los colorados responde que no quiere que sea colorado. La mitad de los que se dicen liberales tampoco quieren que el Presidente sea liberal. Los valores están cambiando. La tecnología es un nuevo fetiche societal. Todo pasa por el celular, el Ipad, la computadora.
–Hasta se está dejando de comprar televisores.
–Totalmente. En Estados Unidos hay residencias de universitarios donde literalmente no hay más televisores. El Wifi en cambio es fundamental. Y entonces ocurre lo que le pasó al expresidente (José) Mujica. Estaba con unos amigos en un pueblo del interior de Uruguay. Conversaba en confianza, y dijo: “Esta yegua (por Cristina Kirchner) es una bestia. Tengo que ir en su avión pero es peor que el tuerto (por Néstor Kirchner)....”. Lo dijo entre cuatro amigos y en un pueblo lejano. Uno de los amigos le grabó. Mandó al Youtube y antes de que llegara a Montevideo ya tenía encima la protesta de la Cancillería argentina: “Cómo es que usted anda diciendo eso...!”.
–Hay varios casos como ese.
–Ya no se puede hacer chistes sobre mujeres, negros, homosexuales, contra los animales, la ecología. A un político le puede costar la candidatura. Quise ser gracioso en mi casa y pregunté a mis nietos: “Qué es un negro en la nieve”. Les dije: “un blanco perfecto.”. Pensé que se iban a reír. “¿Qué te pasa abuelo? No se habla así de los negros”. Cuando yo era chico, se enfermaba el perro y se le pegaba un tiro y, listo. Era normal. Cuando se enfermó el perro de mi nieto yo dije en broma: “Matemos al perro”. ¡No sabe cómo se enojó! Por poco me mata con la indiferencia. El perro se fue al médico, al sicólogo, al spa. Hace 10 años era ridículo.
–En el Paraguay, el fastidio contra los políticos no es de ahora.
–Las bases tecnológicas llegan muy tarde acá. Los partidos no han tenido innovaciones de importancia. Siguen siendo más o menos lo mismo tanto el Colorado como el Liberal. Son conservadores. Pasa lo mismo con la izquierda. Sigue siendo una izquierda que ya no hay en el mundo, una antigua que apela a la organización campesina, obrera, etc. La gente no se siente representada. Hay un espacio vacío para algo nuevo, algo distinto que no tiene que ver con la antigua división entre izquierda y derecha. Tiene que ver con innovación o conservadurismo, tiene que ver con el avance descomunal de la tecnología. En California ya están autorizados los coches sin chofer; en Amsterdam se aprobó una ley de prohibición de vehículos movidos a gasolina desde el 2022. Con impresoras 3D, en China están haciendo casas por miles en la computadora. Hay un video espectacular de una operación de riñón: el paciente de un lado y la computadora del otro. Le sacan un pedazo de piel para que el riñón que va a nacer sea compatible totalmente con su cuerpo. Si así siguen las cosas, dentro de 10 años los niños tendrán una expectativa de vida de 200 años.
–¿Políticos en 3D?
–Los políticos deberían preocuparse por este avance o se les va a hundir el mundo. La globalización y el cambio no se pueden parar.
–Lo que le ocurrió al exviceministro de Cristina (Kirchner) es un caso inimaginable.
–¡Fatal! El tipo (José López, exviceministro de Obras de Cristina Kirchner) estuvo paseando solito tres horas a la madrugada con nueve millones de dólares al contado, más 500.000 euros y cinco relojes Rólex. La imagen de las monjas estirando la plata fue demoledor. En política, la imagen conmueve el sentimiento. El señor (Lázaro) Báez se compró en Argentina más de 500.000 hectáreas que equivalen a un Estado de Israel y medio y no hubo escándalo. No hay imagen. A la hija de Hugo Chávez le descubrieron en Andorra 3.200 millones de dólares. El señor Báez tenía 900 coches. Es demencial. Caminando por Caracas, Chávez preguntaba: “¿De quién es esa casa?” -“No sabemos” -“Bueno, ¡exprópiese!”. Si usted hace eso en Estocolmo lo meten en un manicomio.
–Por eso se eligen candidatos nuevos. De hecho, (Horacio) Cartes no era un colorado.
–Claro. La gente dijo: “Viene algo nuevo...” y lo votó. Lo mismo se dijo del exobispo (Lugo). Tiene que venir alguien que exprese nuevas formas de ver el Paraguay y exprese algo que muchos paraguayos quieren, que el país entre en una etapa de progreso. Tiene base física, hidroeléctricas, inmensas tierras cultivables, cierto orden, ausencia de grandes conflictos. Lo único en contra es su imagen. Es mala.
–¿Es posible la cuarta vía? Ni colorado, ni liberal, ni izquierda tradicional, ¿algo distinto?
–Hay que encontrar un líder moderno que quiera meterse en esta aventura del cambio tecnológico. Si es liberal o colorado, da lo mismo. La gente ya vota por líderes y no por partidos. Mire, Macri es el primer presidente no radical y no peronista en 100 años. Nadie apostaba por él un céntimo. Cuando comenzó la campaña teníamos 13%. Masa tenía 40%, Scioli tenía 25%.
–En Paraguay hubo experimentos independientes: Caballero Vargas en el 93, Fadul en 2003, Lino Oviedo. No llegaron.
–Estas cosas funcionan en estos últimos años. Hay ahora un caldo de cultivo para que salga algo nuevo, un candidato moderno, honesto, no un tramposo. No se imagina todo lo que hicieron para tratar de destruir a Macri con esos sitios inducidos. La gente percibe la mentira. ¿Se acuerda del ingeniero (Juan Carlos) Blumberg a quien secuestraron y mataron a su hijo en Argentina (en el 2004)?
–Axel.
–Por poco no lo convirtieron en héroe nacional. En un momento dado tuvo a su alrededor una manifestación de 200.000 personas vestidas de blanco.
–¿Qué pasó con él?
–Quería ser candidato y usaba la imagen de su hijo muerto.
–Acá hubo algo parecido con los hijos de un político muerto. Terminaron repudiados.
–Blumberg dijo que era ingeniero mecánico de una ciudad alemana. No faltó el pibe como tenemos hoy en todos lados. Comprobó que no había universidad en la tal ciudad alemana. “Bueno..., lo que pasa es que no es propiamente una universidad, es un instituto de estudios superiores...”, trató de arreglar. En Argentina, los periodistas son como demonios. No faltó uno que sabía alemán. Le hizo preguntas en alemán. El tipo no entendía alemán. Tenía en ese momento el 70% de la preferencia. En una semana se derrumbó. Lo peor que le puede pasar a un candidato es ser sorprendido con una mentira así tan escandalosa.
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