BRASILIA (ANSA). Los restos del ex dictador paraguayo Alfredo Stroessner fueron sepultados ayer en Brasilia, ciudad en la que residía desde 1989, cuando fue derrocado tras un cruento golpe de Estado que puso fin a sus 34 años de gobierno de facto.

Stroessner murió el miércoles pasado, a los 93 años de edad, por una septicemia (infección generalizada) que sufrió tras ser operado de hernia, el 29 de julio, en un hospital de la capital brasileña. Los restos del ex dictador fueron sepultados transitoriamente en Brasilia, ya que Brasil adelantó que la intención es llevar el cuerpo a Paraguay.

El entierro se realizó a las 16:45 locales (19:45 GMT), en el cementerio Campo de la Esperanza, en la región sur de Brasilia, en una ceremonia íntima de la cual participaron unos pocos amigos y familiares, que integraron un cortejo fúnebre de siete vehículos.

La caravana había partido poco antes de la mansión en el Lago Sur, elegante barrio de Brasilia, en la que Stroessner vivía junto con uno de sus hijos, Gustavo Adolfo, y donde sus restos fueron velados.

JUICIO CONTRA GUSTAVO PUEDE ANULARSE

El nieto de Stroessner, Alfredo "Goli" Stroessner Domínguez, que durante los últimos días actuó como vocero de la familia ante la prensa, reveló que el deseo de sus familiares es trasladar lo más rápido posible los restos a Paraguay. Negó que el entierro se haya realizado ahora en Brasilia porque uno de los hijos de Stroessner, el coronel de aviación Gustavo Stroessner, no puede regresar a su país porque existe un mandato de prisión preventiva en su contra.

Gustavo, prófugo de la justicia paraguaya, también vivía con su padre desde 1989. "Para nosotros, la cuestión judicial nunca fue importante porque fue mal hecha, inventada, y fácilmente sería anulada", dijo Stroessner Domínguez.