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“Hemos recibido noticias de la Embajada venezolana de que ya han salido del país”, dijo el funcionario, quien exigió el anonimato porque no estaba autorizado a hablar públicamente sobre el asunto.
El Gobierno estadounidense tomó la decisión en virtud del artículo 9 de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas entre países y el artículo 23 referente a las relaciones consulares.
La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, confirmó posteriormente la expulsión de los funcionarios que fueron declarados personas no gratas, y aseguró que cuando se produce un incidente “injusto”, este merece una respuesta.
“Cuando ocurre un incidente que consideras injusto, entonces necesitas tomar una acción recíproca y dejas tu posición clara... cuando a nuestra gente se le expulsa injustamente, vamos a tomar acción recíproca. Y necesitamos hacer eso para proteger a nuestra propia gente”, afirmó Nuland.
Preguntada sobre si la expulsión de los funcionarios venezolanos contraviene el deseo de EE.UU. de mejorar las relaciones bilaterales, Nuland señaló que en los días posteriores a la muerte de Chávez hubo “una acalorada retórica” dirigida contra EE.UU.
“Creo que en algún momento lo califiqué como una página del viejo libreto chavista que esperábamos fuese a cambiar.... también hemos dicho a lo largo de todo esto, lo dijimos el jueves y el viernes, que esperamos tener mejores relaciones con Venezuela” y mejorar la cooperación contra las drogas y el terrorismo, y en asuntos económicos y energéticos, dijo Nuland.
El pasado martes 5 de marzo el presidente interino Nicolás Maduro, y el ministro de Exteriores, Elías Jaua, anunciaron la expulsión de David Delmonaco y David Kostal, ambos de la Agregaduría Aérea estadounidense en Caracas.
El Gobierno venezolano acusó a los funcionarios de “proponer proyectos desestabilizadores” a militares venezolanos, algo que el Departamento de Estado y el Pentágono negaron rotundamente.