Franco no quiere que le involucren en denuncias

El presidente Federico Franco deslindó ayer la responsabilidad en las denuncias de corrupción que afectan a su gobierno. Evitó tomar contacto con la prensa para que no le pregunten sobre el supuesto negocio de tierras de su sobrino.

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Arbo aseguró que “cada ciudadano sabe que es responsable de sus actos”. “Yo quisiera decirle que en el Ministerio de Salud Pública mis compañeros de trabajo, desde el administrador hasta el personal de limpieza, sabe que la gestión es transparente y puede ser auditada a cualquier hora. No encontrarán ningún dolo”, añadió.

“Todos los funcionarios saben que terminó la historia de la recaudación para la corona. Que el Presidente no nos pide ninguna recaudación y eso les garantizo. Y todos sabemos que cada funcionario es responsable de sus actos y esa es una línea bajada desde la Presidencia de la República y si existe sospecha de corrupción, cada funcionario sabe que debe abrir las puertas para que se le investigue o dar un paso al costado”, agregó.

Franco y Arbo se autoalabaron en sus respectivos discursos. El ministro de Salud manifestó, por ejemplo, que ya no se hacen reuniones de su cartera “en hoteles pomposos con comidas importantes” porque aplicamos un plan de austeridad para que la salud pública llegue a todos los hogares.

Luego de la ceremonia de inauguración, Franco recorrió las instalaciones del Hospital San Jorge y evitó tomar contacto con los periodistas por temor a que se le pregunte también sobre una llamativa compra de tierras que hizo el Indert de un inmueble de 600 hectáreas en Horqueta, perteneciente a Diego Saccarello Jara, sobrino del jefe de Estado.

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