Fortalecer inteligencia es una tarea aún pendiente

HORQUETA, Concepción. El supuesto de que las fuerzas de seguridad del Estado deben actuar en conjunto es un supuesto erróneo. La policía y los militares tienen funciones diferentes, sí es necesario fortalecer los mecanismos de coordinación y acciones de inteligencia.

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El 6 de noviembre de 2009, siendo presidente de la República Fernando Lugo, el general Juan Óscar Velázquez asumió el cargo de comandante de Fuerzas Militares, en reemplazo del almirante Cíbar Benítez.

A lo largo de su carrera militar, el general Juan Óscar Velázquez no logró destacarse como profesional.
Era un experto en sistemas informáticos y tuvo cierta notoriedad mientras estuvo cerca del general Lino César Oviedo: el general Velázquez supuestamente manipuló las actas en las internas coloradas en favor de Juan Carlos Wasmosy, en detrimento de Luis María Argaña.

Siendo comandante, el general Juan Óscar Velázquez tomó dos decisiones de gran impacto en el interior de Fuerzas Militares: desarticuló los núcleos de inteligencia y desmanteló los equipos de reacción de tropas especiales.

Con apoyo de Estados Unidos se creó la agrupación Destacamento Conjunto de Empleo Inmediato (DCEI). Era un equipo de reacción, con armamento adecuado para operaciones tácticas y entrenamiento para misiones contra terrorismo.

Decisión de Fernando Lugo

El DCEI estaba integrado por efectivos de diversas armas, seleccionados entre los mejores componentes de Fuerzas Militares.

El general Juan Óscar Velázquez, con autorización del entonces presidente Fernando Lugo, ordenó la desintegración del DCEI y el fin del apoyo militar de Estados Unidos. Los efectivos volvieron a sus unidades de origen y el armamento se distribuyó en diversos destacamentos.

Fernando Lugo, como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, desmanteló el núcleo de tropas especiales con mayor entrenamiento y armamento disponible.

El gobierno de entonces no se limitó a cercenar el mejor brazo operativo, hizo lo mismo con el incipiente servicio de inteligencia militar.

El general Juan Óscar Velázquez ordenó el repliegue de los efectivos de inteligencia distribuidos en el sector de operaciones del Ejército del Pueblo Paraguayo.

No solo volvieron a Asunción, sus integrantes fueron repartidos en todo el país como una forma de evitar que pudiera establecerse niveles de coordinación.

Fuerzas Militares quedó sin tropas especiales y sin servicio de inteligencia.

Operaciones conjuntas

Se menciona con insistencia el supuesto de que las operaciones contra el Ejército del Pueblo Paraguayo deben ser encaradas en forma conjunta por Fuerzas Militares y la Policía Nacional.

Estas instituciones cumplen misiones muy diferentes una de la otra, pero se complementan en el objetivo.

La experiencia demostró que es muy difícil esperar que policías y militares vayan de la manito a cumplir misiones, menos aún aguardar el éxito.

La tarea de largo aliento de poner a los integrantes del EPP bajo la vara de la justicia requiere sí un nivel eficiente de coordinación y planificación de las operaciones y el fortalecimiento de un servicio de inteligencia, tanto militar como policial.

La debilidad en el manejo y acceso de información es el principal obstáculo para lograr avances contra el EPP, de nada sirven los comandos militares ni los miembros de la FOPE si no logran ubicar al contrincante.

Esta tarea requiere inteligencia.

roque@abc.com.py

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