Fiscala, sorprendida por acusación en su contra

La fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, se mostró sorprendida porque uno de los argumentos de la posible acusación en su contra para un juicio político sea el caso del crimen de Pablo Medina y Antonia Almada. Indicó que es producto del momento político.

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“Yo estoy tranquila. Soy consciente de cómo trabajé en las causas. Vi los puntos del juicio político. Uno de ellos es la causa Pablo Medina donde hay una condena, controladas por un tribunal de sentencia mis actuaciones. Entonces, yo creo más bien que se refiere al momento (político) en que estoy asumiendo la Fiscalía General del Estado en que me llevan a este juicio político”, dijo en una entrevista a ABC.

Una de las causales de enjuiciamiento se refiere a las escuchas ilegales y solicitud de datos de usuarios de las telefónicas por parte de la Fiscalía sin orden judicial. El hecho fue denunciado por la ONG Tedic, organización que se encarga de defender los derechos digitales. 

La investigación fue realizada en forma conjunta por los fiscales Lorenzo Lezcano (hoy ministro de Inteligencia), Néstor Cañete, Christian Roig y Sandra Quiñónez. Esta fiscala fue asignada al caso por el entonces titular del Ministerio Público, Javier Díaz Verón. 

La fiscala Quiñónez, con el apoyo del fiscal Vicente Rodríguez defendieron la postura de la fiscalía en el juicio oral ante el tribunal de sentencia.

El cruce de llamadas fue utilizado como evidencia en el juicio oral.

“En el caso Pablo Medina es parte de un reconocimiento de parte de la víctima, la única sobreviviente, del reconocimiento de la persona que disparó”, explicó.

“A partir de eso se hacen las investigaciones. ¿Qué pasa acá? Wilson Acosta Marques estuvo a tal hora, en tal lugar, usaba tal número de teléfono. Eso nos lleva a Cabrera, eso nos lleva a Vilmar Acosta y a Flavio Acosta. Entonces, comienza la construcción, o sea, un análisis y cruce de comunicaciones, solo, sin sustento, es muy difícil. También el tribunal en un momento dado puede decir: “bueno, y acá dónde está la conexión, por qué está Juan Pérez con Juana Pérez, qué pasó”. Ese sustento es el que necesitábamos en el cruce de llamadas. Eso ocurrió en el caso Cecilia, en el caso Zavala. Los análisis de cruces de comunicaciones son un elemento más”, indicó.

Estos cruces de llamadas determinaron que Vilmar Acosta Marques estuvo monitoreando el desarrollo del atentado desde Ypejhú a través de comunicaciones con los sicarios Wilson Acosta Marques y Flavio Acosta Riveros. El atentado ocurrió el 16 de octubre de 2014, en la colonia Itanaramí, departamento de Canindeyú.

Arnaldo Cabrera era el chofer de Neneco su teléfono celular fue utilizado por su jefe para monitorear el atentado, según la fiscalía.

Este caso como los demás en los que estuve terminaron todos en condena, el caso Cecilia, el caso María Edith de Debernardi, el caso Zavala, el caso Lindstron, el caso Pérez Corradi y el caso del compañero de ustedes Pablo Medina, esos campamentos del EPP que allanamos donde encontramos las cartas de Alcides Oviedo. Se confirma la existencia del EPP y se encuentran los 28.000 dólares americanos producto del secuestro de Lindstron”, recordó.

Concluyó señalando: “Voy a estar trabajando siempre para dar toda la confianza que necesitan los funcionarios de la Fiscalía, desde el último hasta el más encumbrado. Van a tener todo mi apoyo.

Una condena ejemplar

El exintendente de Ypejhú Vilmar “Neneco” Acosta (ANR, posteriormente expulsado) fue condenado a 29 años de cárcel, más 10 años en concepto de seguridad, por ser el autor moral del asesinato del corresponsal de ABC Color Pablo Medina y su acompañante Antonia Almada.

El Tribunal de Sentencia, presidido por Ramón Trinidad Zelaya, Janine Ríos y Benito González, firmaron la decisión.

Los familiares de Medina celebraron la condena y afirmaron que se hizo justicia.

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