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Los productores de origen alemán, por su parte, pidieron auxilio al consulado honorario de la República de Alemania en Ciudad del Este.
Los campesinos paraguayos, mientras tanto, siguen aguardando la intervención del Indert y un dictamen escrito de que la finca 1057 no existe. Dos asentamientos están afectados por el mismo problema.
En la mañana del viernes, un grupo de colonos se reunió con las autoridades del consulado del Brasil en Ciudad del Este a quienes brindaron detalles de la grave situación que enfrentan.
El primer resultado de este encuentro fue lograr que la asesoría jurídica del consulado tome parte en defensa de los colonos.
Reunión en la embajada
En la tarde del martes venidero, los colonos se reunirán con el embajador del Brasil en Paraguay a quién explicarán en detalle el delicado momento que enfrentan.
Resalta el agravamiento de la situación que viven en sus colonias, sobre todo por la extorsión de la cual son víctimas.
En este momento están recibiendo la propuesta de pagar un millón de dólares como promedio para que se “solucione” el tema del título de la finca 1057.
Según informes técnicos oficiales, la finca no existe y los perímetros que resultaron de una mensura administrativa se superponen con títulos de antigua data, debidamente inscriptos.
La finca 1057 surgió con la quiebra del Banco de Inversiones del Paraguay SA (Bipsa).
No creen en la justicia
Itamar Bettu, productor brasileño, con hijos paraguayos, reconoció el descreimiento generalizado sobre el sentido de equidad de la justicia.
Al respecto dijo: “No existe ninguna garantía de justicia. Todos los días aparecen personas con el título falso de la finca 1057 pidiendo plata”.
Agregó que “lo que sucedió ahora con la familia Eisen refleja la gravedad de la situación. No podemos esperar nada bueno de la justicia, por eso tenemos que buscar auxilio en la Embajada del Brasil”.
Itamar Bettu puso como ejemplo lo que está sucediendo con los Eisen: “Tienen título de propiedad, pero igual fueron desalojados. ¿Dónde está la justicia? Es imposible que una persona que alquilaba un lote al final se quede con la tierra. Absurdo, sin explicación”.
Una fuerte presión política pudo lograr el absurdo.