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Corría el año 2005 y la “morcilla se veía negra” al todopoderoso Fahd Jamil, quien se encontraba acorralado por la intensa persecución de que era motivo por parte del juez federal Odilón De Oliveira.
Como un claro mensaje a Fahd Jamil, el juez De Oliveira lo había condenado a Jamil a 20 años de prisión. La condena fue firmada un 7 de junio, un día especial: el cumpleaños de Jamil. Se trataba de un “regalo” del juez De Oliveira al otrora influyente hombre fuerte.
Apenas salió la orden de detención del poderoso Jamil, los agentes de la Policía Federal habían allanado su mansión en Ponta Porã.
Sin embargo, Jamil fue alertado, y minutos antes de que llegaran los federales a su vivienda huyó como acompañante en una motocicleta guiado por uno de sus secretarios y se refugió en el Paraguay.
Reunión en Ponta Porã
Sin embargo, Fahd Jamil no pudo sentirse seguro en el Paraguay, ya que el 9 de junio de 2005 el juez José Valiente de Amambay firmaba la orden de captura en su contra en todo el territorio nacional para ser extraditado al Brasil, ya que en nuestro país no tenía problemas con la justicia.
Sin salida, Jamil se vio en la necesidad de solicitar una ayuda al hombre a quien ayudó a enriquecerse con el tráfico de armas, municiones y con la falsificación y contrabando de cigarrillos en la frontera paraguayo-brasileña, Roberto Acevedo.
La reunión se realizó en una vivienda ubicada en Ponta Porã, Brasil, perteneciente a un tal Paulo Cardinal. En esa reunión, el ahora candidato para presidir la Comisión Contra el Narcotráfico del Senado (ver infografía) habría dado todas las informaciones de las que tenía conocimiento, referentes a los trabajos de investigación para ubicar a Jamil que manejaba el juez federal De Oliveira, quien era amigo íntimo de Roberto Acevedo.
También las fuentes de aquella época daban cuenta de que en la reunión entre el todopoderoso Fahd Jamil y el entonces gobernador Acevedo, el primero le habría solicitado una mediación con el juez De Oliveira.
Jamil, en dicha reunión, habría recordado todos los favores prestados, más aún teniendo en cuenta la estrecha amistad que Acevedo mantenía con el juez brasileño.
Lo cierto es que en aquel encuentro Acevedo habría entregado a Jamil toda la información que poseía y que le había sido revelado por el juez brasileño, tanto de la situación del proceso judicial en contra del entonces prófugo de la justicia brasileña, Fahd Jamil.