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Expresidentes iberoamericanos y empresarios concluyeron ayer a la tarde dos días de debates en el marco de la XX reunión anual del Círculo de Montevideo, fundado por el expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti, y que este año se realizó en el Centro de Convenciones de la Conmebol, en la ciudad de Luque.
Participaron los expresidentes Felipe González, España; Ricardo Lagos, de Chile; Leonel Fernández, República Dominicana; además de los empresarios mexicano Carlos Slim y argentino Alejandro Bulgheroni, entre otros.
Al exjefe del gobierno de España Felipe González le correspondió dar una reflexión a modo de conclusión del encuentro, y lo hizo ante la presencia del mandatario de nuestro país, Horacio Cartes, quien llegó al recinto cuando el político español ya había iniciado su ponencia.
González dijo que Paraguay debe eliminar los “cuellos de botella” para que el crecimiento potencial, que es enorme, no se encuentre estrangulado como “la curva que existe de un kilómetro y medio” en el tráfico que conecta a la capital del país.
“Ese fue el sentimiento que he tenido y fue gracias a los motoristas. Pero, Presidente (Cartes), me está mirando con mala cara”, dijo.
González agregó que los problemas de infraestructura, de educación, del capital humano, del transporte público y de capacidad de gestión son algunos de los componentes del “cuello de botella” de Paraguay que no permiten que el país se desarrolle.
Potencialidades
González también resaltó las potencialidades del país. Indicó que debe aprovecharse, por ejemplo, la agroalimentación. Señaló que otro aspecto positivo es el aprovechamiento de la energía eléctrica y el denominado “bono demográfico”, con una población paraguaya eminentemente joven. “Este país lo tiene todo”, insistió.
El expresidente español remarcó además la necesidad de reforzar en educación porque “es la forma en que las naciones salen adelante”, y citó el ejemplo de Finlandia.
El libre mercado
González, por otra parte, abogó por la economía de mercado porque es instrumento extremadamente útil, pero con un marco regulatorio y desarrollo previsible. “No es por la mano invisible del mercado, porque le da una bofetada a la sociedad”, manifestó.
El exmandatario español cuestionó, además, el modelo de mercado como mercancía y no como instrumento final de las políticas económicas y de la regulación eficiente del mercado.