Experto quiere que estudiantes sean dueños de su aprendizaje

Richard Culatta, CEO de la Sociedad Internacional para la Tecnología Educativa, fue contratado por el Gobierno para ayudar a los maestros a usar la tecnología en clase. A través de “Paraguay Educa”, responsable del programa “Una computadora por niño”, participó de un seminario sobre el tema en el Centro de Convenciones Mariscal. En esta entrevista, el experto, exasesor de Barack Obama, afirma que la tecnología debe convertir a los alumnos en dueños de su propio aprendizaje.

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–¿Cómo piensa llevar adelante ese plan para introducir la tecnología en las escuelas? 

–El Presidente quiere que elaboremos un plan nacional para mejorar la educación con el uso de la tecnología. Nuestra organización, sin fines de lucro, ISTE (Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación por sus siglas en inglés), está dedicada a ayudar a los profesores a reconocer y mejorar el uso de la tecnología en sus clases. El objetivo es crear un modelo educativo que entienda a los estudiantes, los convierta en sujetos activos y les enseñe el gusto por el aprendizaje. Lo que hacemos es ayudar, apoyar, traemos ejemplos de otros países donde esto funciona... 

–Un ejemplo práctico...

–Nosotros, lo que queremos es tener estudiantes que se empoderan de la tecnología que tienen en sus manos para diseñar, crear, solucionar problemas, tenerla como una herramienta que los convierta en dueños de su propio aprendizaje.

–Hoy son expertos en revisar sus celulares...

–Básicamente, la idea es reemplazar el concepto de estudiantes por el de creadores. Yo no quiero tener un niño sentado memorizando. Si es así, basta el papel. Con un computador sin embargo, usted tiene la herramienta para crear soluciones, cooperar con el grupo, con otros grupos de otras escuelas. Estuve en un colegio donde usaban sus dispositivos electrónicos para sacar muestras de plantas cerca de su escuela. La directiva del maestro era ayudar a los alumnos de la facultad a crear un mapa genoma de todas las plantas medicinales de origen indígena. Imagínese, son solo niños colaborando con una investigación científica universitaria. ¿No es genial acaso? La forma tradicional de dar la clase es estar sentados escuchando la lección sobre plantas y la genética impartida por la profesora. La tecnología hace posible que la escuela pueda estar conectada a la Universidad en este caso.

–¿Estudiantes de qué grado? 

–Jovencitos de segundo básico de secundaria: Ese es solo un ejemplo. Hace un mes estuvimos en Cali (Colombia). Ahí observamos a un grupo de jóvenes de quinto y sexto curso (segundo y tercero de la media) que estaban aprendiendo una programación para solucionar un problema. Uno de ellos hizo una App (aplicación) para encender automáticamente las luces de la calle cuando pasa una persona. La finalidad era dotar de más seguridad a la calle. Es un ejemplo de aprendizaje para solucionar problemas de la comunidad.

–En un país con mucho atraso de tecnología como Paraguay donde el Internet es inaccesible para la mayoría, ¿cómo piensa introducir este adelanto en la educación? 

–Ahora no es posible, como dice usted por el atraso en las comunicaciones. Muchos no tienen conexiones a Internet ni acceso a las computadoras, pero hay que empezar como se pueda, de a poco. Lo importante es entrenarse y que todos vean cómo funciona, tanto directores como docentes, alumnos y sus facilitadores o entrenadores. Hay que ir refinando el modelo; las escuelas que ya están en línea pueden ayudar a moverse más rápido..

–¿Cómo hicieron en Estados Unidos? 

–Bueno, yo fui director de tecnología para la educación en el Gobierno del presidente Obama.

–¿Cómo fue su experiencia?

–Excelente. El Presidente estaba muy interesado en los estudiantes. Nos mantuvo trabajando fuerte para poder cumplir con las metas que establecimos durante su Gobierno. En ese papel, mi trabajo fue ayudar a asegurar primero una conexión a Internet en cada escuela de los Estados Unidos. Muchos pensarán que en mi país siempre hubo conexión en las escuelas...

–Y no todas tenían...

–Todos me decían que el 100% de las escuelas estaban conectadas y que iba a ser fácil, pero cuando yo empecé a buscar en el terreno me pude enterar que ciertamente el 100% de las escuelas estaban conectadas, pero eran las oficinas admnistrativas, no las aulas. Solo el 20% de los alumnos podían acceder a la red de Internet. A partir de ahí nos fijamos la meta de interconectar todas las escuelas. Cuando dejamos el Gobierno hace un año y medio, el 97% de las escuelas estaban conectadas, con wifi ancho de banda en todas las aulas.

–¿Es mucha inversión? 

–Y sí. En muchos casos recurrimos a las alianzas público privadas para ayudar, así que no todo lo invertido fue del Gobierno...

–El sector privado ayuda...

–Es muy importante la ayuda del sector privado. Ahora, la conexión, es apenas el comienzo. La otra parte importante, fundamental, es el entrenamiento, la formación de los docentes. Es incluso la parte más difícil. Si uno no tiene maestros que sepan usar la tecnología es muy difícil que el objetivo que tenemos se cumpla...

–¿El uso de la tecnología en las aulas es una condición para aprender en esta nueva era? 

–Hay muchas actividades que funcionan perfectamente bien sin la tecnología. El problema es que tenemos jóvenes ahora que van a graduarse y van a entrar en un mundo donde se espera que sepan, que entiendan bien el uso de la tecnología para tener éxito en el trabajo o en sus estudios futuros. Ellos deben estar entrenados al salir del colegio.

–¿Todos tienen que tener un computador personal para que esto funcione? 

–Hay escuelas donde todos van a poder acceder a un computador personal pero eso no ocurre siempre. En los sitios donde no es posible, se puede trabajar tranquilamente con una computadora por grupos. Hay estudiantes que comparten la computadora para hacer una actividad. Por ejemplo, un grupo se pone al frente de la “compu” y ayuda con información al otro grupo que discute con el profesor y luego se intercambian pero se ayudan mutuamente. Hay muchos modelos para usar la tecnología en beneficio del grupo de trabajo. Lo importante es definir de antemano cuál es la meta de lo que queremos hacer y basado en eso decidir qué tipo de máquinas, cuántas máquinas, etcétera.

–¿Con el tiempo van a desaparecer los maestros? 

–No se puede reemplazar el papel del maestro pero el papel del maestro tiene que cambiar. Pasando y escribiendo ya no, o sea, hay muchas maneras más eficaces de enseñar ciertos conceptos, pero el papel del maestro sigue siendo superimportante, especialmente para intervenir cuando se da cuenta que algunos estudiantes no están agarrando bien un tema. Entonces los agrupa y trabaja fuertemente con ellos. Yo creo que la tecnología va a reemplazar a los maestros que no sepan cómo usarla. El verdadero valor agregado de la mente de los maestros es ayudar a crear sentido, hacerles preguntas difíciles a los estudiantes, empujarlos, hacerlos pensar de manera diferente. Pero si todo lo que hace el profesor es presentar contenidos, entonces sí llegará el tiempo en que la tecnología lo pueda hacer mejor. En Google ya es posible ver. Puedo entrar en You Tube y conseguir una información de mejor calidad que un profesor.

–¿Cómo capitalizar el uso del celular que es como la tercera mano de los jóvenes?

–Obviamente si un joven está ahí 12 horas al día sin parar revisando su aparato celular, hay un problema ahí. Tenemos que poner límites. Yo tengo cuatro hijos.

–¿De qué edades...?

–La más grande tiene 13, tengo de 11, 10 y el menor tiene cinco. Todos mis niños usan pantallas de alguna forma, pero en nuestro caso no tenemos límite de tiempo. Por ejemplo, ellos tienen juegos que realmente no tienen ningún valor educativo. Solo son para su diversión. Pero están con un tiempo limitado con ellos. Tienen 20 minutos si terminan su tarea. Hay otro momento en que usan para leer, aprender o escribir. Entonces, estoy dispuesto a dejarles usar la herramienta. Muchas veces decimos ¿cuánto tiempo lo usan? Es muy importante preguntar qué es lo que están haciendo.

–En Francia anunciaron que se va a prohibir el uso de celulares en las escuelas...

–Es razonable que si usted le deja a los jóvenes que entren en la escuela con sus celulares, sin ningún contrato o entendimiento es negativo...

–Tiene que haber restricciones...

–Definitivamente. En las escuelas donde trabajamos siempre recomendamos que pongan un contrato...

–Una exigencia...

–Hay que comprometerlos. “Nosotros les estamos dejando la oportunidad de quedarse con sus dispositivos (celulares) pero pedimos a cambio, que lo usen en forma apropiada, para ciertas actividades que van en provecho de sus estudios.

–Y ¿si no hay acuerdo? 

–Y bueno, el alumno tiene la opción de dejar su teléfono a la entrada del aula. Tiene que ser un acuerdo mutuo y que los padres sepan también cómo va a ser el trato. Yo veo que funciona muy bien...

holazar@abc.com.py

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