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Sin embargo, el “trabajo” del que hablan los hermanos Acevedo lo realizaron en la época dorada de la frontera, cuando el todopoderoso Fahd Jamil marcaba la pauta de todo lo que era el negocio ilegal y turbio en la zona de Amambay.
Uno de los mejores conocedores de este relacionamiento comercial que los Acevedo tienen con la familia de Fahd Jamil es el exdiputado Héctor González (ANR).
El 19 de setiembre de 2006, González admitió a varios medios de la frontera su relación con el otrora poderoso mafioso. “No niego que he trabajado con Fahd Jamil y sus hermanos hasta el año 1993”, apuntó.
El exdiputado colorado indicó en aquella oportunidad: “Yo puedo decirles con propiedad que los hermanos Acevedo siempre fueron socios del grupo Jamil, especialmente de Fahd y Nasser Jamil, y actualmente siguen trabajando con Nasser y ganando dinero con ellos”.
Ya en la época los Acevedo tenían muchos problemas al salir a luz los nexos comerciales con la temida familia Jamil, vinculada a negocios de tráfico de armas y municiones al territorio brasileño, como así también la falsificación y contrabando de cigarrillos a ciudades del Brasil, en la que obtuvieron grandes ganancias con el grupo liderado por el temido Fahd Jamil.
González, un exgerente y socio comercial de Fahd, desafío incluso a los Acevedo a un debate público. Sobre el punto dijo: “Yo los desafío a un debate público para discutir el origen de su fortuna, que a mí no me cabe duda, ya que sé muy bien que la ganaron con el grupo de Fahd Jamil”, sentenciaba el que en ese momento era diputado del Amambay.
El entonces parlamentario Héctor González sostuvo que tanto Robert como su hermano José Carlos Acevedo “ahora se hacen los simpáticos, ahora los Acevedo vienen con el cuento de que no conocen a Fahd Jamil y que no hicieron tal o cual cosa con Fahd. Seguro que van a negar que participaron de la triangulación del cigarrillo con el grupo Jamil y seguro van a querer negar que tienen una fábrica clandestina de cigarrillos en el Alto Paraná”, alegó.
Amasaron riquezas
En la era de oro del contrabando de cigarrillos, armas y municiones, los grandes “empresarios” Acevedo, liderados por el intocable Fahd Jamil, se codeaban con el sindicado en los negocios turbios con que amasaron gran riqueza, gracias al amparo y protección que los mismos gozaban de parte del clan Jamil, que ahora por todos los medios intentan negar.
Las declaraciones de González, quien fue por varios años gerente y socio comercial de Jamil, en la era de “intocable y todopoderoso”, dan cuenta que los hoy millonarios hermanos Acevedo no tenían ningún poder económico.
El exdiputado colorado fue tajante en afirmar que “cuando los hermanos Acevedo se acercaron al grupo Jamil no tenían nada. Yo les vendí mis acciones en una gasolinera y me pagaron en cuotas porque no tenían dinero para pagarme al contado”.
González, en declaraciones a la prensa de la frontera en aquella época, consideró a los hermanos Acevedo “unos malagradecidos porque toda la plata que tienen los Acevedo se ganaron con Fahd Jamil, (mediante) el negocio del contrabando y falsificación de cigarrillos”.
El exparlamentario caracteriza a los hermanos Acevedo de ingratos porque “después de ganar mucho dinero con Jamil, ahora niegan conocerlo, cuando estos dos hermanos eran asiduos visitantes de Fahd en su residencia y también disfrutaban de las fiestas familiares en la residencia de Fahd Jamil”, finalizó el entrevistado.