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La polvareda que levantaban las motos y unas que otras camionetas y el ruido de los motores llamaron la atención de algunos lectores, por lo que un equipo periodístico fue a la zona para comprobar lo que pasaba en el predio del Comité Olímpico Paraguayo (COP), que linda al este con el aeropuerto Silvio Pettirossi y donde desde enero pasado se construye un “lago” de 2.000 m de largo y 100 m de ancho, aproximadamente. El sitio, que está lleno de montículos de tierra extraída del futuro tajamar, dista unos 1.000 metros de la autopista Ñu Guasu (todavía en construcción), entrando a la altura del arroyo Itay.
Los trabajos están a cargo del consorcio integrado por Tecnoedil (Roque Ardissone), Heisecke (José Luis Heisecke) y 8A (Luis Pettengill), que realizó la excavación a cambio de utilizar gran parte de la tierra extraída para rellenar una parte de la nueva autopista, ya que es contratista del tramo I. Por la obra vial, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) le debe pagar G. 112.798 millones.
Como el tramo I ya está con el terraplén casi terminado, ahora el consorcio está depositando la tierra de la excavación en la zona baja del mismo predio del Comité Olímpico, lo que da al sitio un aspecto al parecer propicio para la aventura, y por lo visto ejerce un atractivo muy especial en los “motoqueiros”. A primera vista, da la impresión de que se trata de un paseo algo clandestino, apartado de todo.
La mayoría de las motos observadas carecían de chapa y sus “pilotos” iban casi todos sin casco. Se pudo ver también algunos menores ingresando a pie al lugar, lo que ya puede considerarse peligroso, pues no se ven guardias en el área.
En algún momento unas 20 motocicletas, algunas con chicas incluidas como acompañante, se apartaron del grupo grande que estaba bien en el fondo del predio y comenzaron a formar como para largar una carrera, pero solo partieron todos juntos en formación sin excesiva velocidad. En medio se metió una camioneta, que previamente habló con ellos.
Otras camionetas y más motos estaban hacia las alambradas del aeropuerto, en el borde norte del tajamar.
Las otras fosas
Esta excavación es independiente a las fosas abiertas en el mismo predio de la terminal aérea por otras de las contratistas del MOPC, el consorcio formado por las firmas CIV (Isacio Vallejos) y M&T Construcciones (Julio Mendoza), y que motivó la apertura de una investigación fiscal (está pendiente la imputación) porque se hizo sin estudio de impacto ambiental bajo el argumento de que se trataba de una obra de “defensa nacional”. La tierra de ese lugar también fue utilizada para rellenar el terraplén de la autopista.
Sobre el trabajo en la COP, los responsables habían informado que el permiso ambiental estaba en trámite.
Fotos: Arcenio Acuña