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–¿Cuál fue el motivo de su presencia en Asunción?
–Vine en mi carácter de presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), pero también soy enviado especial del secretario general de las Naciones Unidas, el señor Ban Ki-moon, en materia de seguridad en las rutas o seguridad vial.
–¿Desde cuándo en la FIA?
–Desde el 2009. Fui nombrado presidente en sustitución de (el polémico expiloto y empresario inglés) Max Mosley.
–¿Es la primera vez en Paraguay?
–Aunque no lo crea, es la quinta vez que vengo. Esta vez vine para asistir al (XVIII) Congreso Americano de Movilidad y Deporte, que reúne a representantes de 27 países de este continente. El señor Hugo Mersán, del Touring y Automóvil Club Paraguayo, fue el anfitrión. Vi al presidente Horacio Cartes. Me reuní con las principales autoridades. Estoy muy contento por el trato que recibí. La primera vez que estuve aquí fue en 1977 para el reconocimiento del rally “Vuelta América del Sur-1978”. Fui copiloto en el rally Vuelta América del Sur. Un tramo de las etapas llegaba a Asunción. En 1979 formé parte del equipo de Mercedes e hicimos el Rally Cote d’Azur con Jean Guichet (campeón de varias competencias, entre ellas las famosas 24 Horas de Le Mans) y ganamos. Volví a Paraguay en 2010 ya como presidente de la FIA. En ese entonces estaba al frente del Touring paraguayo Rubén Dumot, quien desgraciadamente falleció en 2011... El año pasado se decidió que el congreso se haría en Asunción organizado por el Touring...
–Se lo conoce como un hombre muy activo: piloto, copiloto, director de la escudería Ferrari de Fórmula 1, estuvo en rallies...
–En realidad fui director deportivo de Peugeot Sport de 1982 a 1993. Los pilotos y equipos ganaron dos campeonatos mundiales de rallies. Corrí las 24 Horas de Le Mans y cuatro veces el París-Dakar. De 1993 hasta 2008 dirigí la gestión deportiva de Ferrari con 14 títulos de campeón del mundo de Fórmula 1 (6 títulos de fabricantes, 8 títulos de pilotos, 5 de ellos con el piloto alemán Michael Schumacher). En 2009 y 2013 fui electo y reelecto presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA). En 2015 el secretario general de las Naciones Unidas me honró como enviado especial para la seguridad vial...
–¿Seguridad vial? ¿Cuál es la relación con alguien vinculado a las carreras?
–La situación es cada vez más complicada en el mundo. Son 1.300.000 personas las que mueren cada año en las carreteras. Hay 50 millones de personas que sufren lesiones diversas, además de miles de personas que resultan heridas así como sus familiares. Es fundamental, a partir de estas estadísticas, promover con urgencia la educación vial y reforzar la ley, mejorar la infraestructura de carreteras y el nivel de seguridad de los automóviles y vehículos.
–¿Qué resultados tiene la campaña hoy?
–No puedo hablar de mejoramiento todavía, pero sí de una mayor conciencia y sobre todo el compromiso de las autoridades por prestarle más atención a este flagelo que causa tantas muertes y secuelas irreparables en los que sobreviven. Cada año las cifras aumentan, especialmente en países en vías de desarrollo como el Paraguay. Me informaron que la cifra anual de muertos aquí es de 1.500 por año con miles de heridos. Es alarmante. De todos modos hay progresos a lo largo de la última década. El objetivo es conseguir que los gobiernos se comprometan a tomar el toro por las astas y apliquen la ley. El 80% de estas tragedias se producen en países emergentes como el suyo.
–No se le da mucha importancia a este tipo de campañas...
–Porque no hay conciencia todavía. Mucho se habla de muertes por la peste, por el sida, la malaria, la tuberculosis o por el mosquito, pero no se habla lo suficientemente de las espantosas muertes por accidente en las rutas, accidentes que se pueden evitar. Las predicciones son muy preocupantes. Indican que al 2020 estas muertes pueden trepar a 2 millones por año y 80 millones de heridos. Quiere decir que los accidentes ruteros pueden llegar a convertirse en la causa número uno de muertes en el mundo. Uno de los objetivos de esta campaña de Naciones Unidas es resolver el problema.
–¿Por qué tantos resultados fatales?
–La situación es terrible porque no hay educación, la ley no se aplica, las señales de la ruta son malas y los vehículos no tienen condiciones de seguridad mínimas para circular. Por eso también tuve interés en conversar con las autoridades más importantes del país comenzando por el Presidente de la República. También hablé con el ministro de Salud, el ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, el ministro del Interior, el ministro de Relaciones Exteriores, el ministro de Deportes. Hablamos del enfoque que podría dar el Gobierno a una campaña destinada a reducir drásticamente los accidentes. Por experiencia sé que para ganar en un torneo o en una carrera hay que poner a trabajar los equipos en forma coordinada. Estoy muy agradecido al embajador de Francia Jean Christophe Potton por haber coordinado estos encuentros.
–Qué contradicción: un hombre acostumbrado al peligro extremo, hoy metido en una campaña mundial de seguridad en las carreteras...
–Aunque sea difícil de creer, las carreras de vehículos como la Fórmula Uno o los rallies tienen cada vez menos riesgos para la integridad física de los competidores. La seguridad siempre fue una de las prioridades de la FIA: asegurar que no haya accidentes en las competiciones automovilísticas. Como en todas las cosas, a veces no se puede evitar. Sin embargo, hoy en día las carreras organizadas por la FIA son ejemplos. Se practican sobre circuitos adaptados, preparados para ese efecto. Las competiciones siempre acarrean peligro pero se ha adelantado bastante para reducir totalmente el riesgo de vida de los pilotos. Hoy los circuitos son más seguros, los autos y equipamientos para pilotos también. La competición automovilística es un laboratorio que sirve para mejorar los autos que todo el mundo usa cada día y para hacer el manejo más seguro para el conductor cotidiano. Así como la aeronáutica ha avanzado bastante para mejorar la seguridad de los aviones, en el automovilismo se ha registrado un extraordinario progreso gracias a las innovaciones y la experiencia de la competición automovilística.
–¿Puede detallar alguno de esos experimentos que ahora se aplica en beneficio del automovilista común y corriente?
–La electrónica ha ayudado bastante: el control de estabilidad electrónica, el ABS para los frenos. Los frenos que se usan hoy tienen su origen en la competición automovilística. Hay un progreso formidable a nivel de iluminación. Los chasis de los autos son más seguros con la utilización de nuevos materiales. Todo esto hace que los autos modernos sean más seguros. Lamentablemente en los países en vías de desarrollo los autos sobre la ruta son en su mayoría viejos y no contribuyen con la seguridad. Pero, finalmente, la gran parte de responsabilidad de los accidentes en la ruta tienen los conductores, su imprudencia, sus violaciones a la ley de tránsito. En estos días habrá escuchado hablar bastante de los autos conectados (“connected car”), un avance de la tecnología que busca, entre otras cosas, reducir al mínimo estos accidentes...
–¿Qué son los autos conectados?
–Son los autos equipados con internet, con tecnologías especiales para brindar beneficios adicionales como notificación automática de accidentes, mapas, notificación de exceso de velocidad. La calidad del auto facilita la conducción del automóvil La industria automotriz está invirtiendo muchos recursos en lograr que sus automóviles tengan autonomía y seguridad.
–¿Cuál es la mayor fuente de accidentes en su opinión?
–No se respetan rigurosamente las reglas en términos de limitación de velocidad, portar el cinturón, el casco del piloto (de moto) y los acompañantes, la prohibición de ingerir bebidas, de atender llamadas telefónicas o contestar mensajes (de WhatsApp). Principalmente eso sucede por falta de conciencia, mala formación, falta de educación. Los conductores son reacios a respetar las reglas. Entonces la policía responsable del tráfico en las calles y las rutas tiene que actuar. Tiene que velar estrictamente por la observación de la reglamentación. Las reglas deben ser respetadas. Por otra parte, las infraestructuras viales no están en buen estado y pueden crear también accidentes. Otra cuestión muy abandonada por los gobiernos es la asistencia médica. Para salvar vidas en la ruta son primordiales la calidad y la rapidez del auxilio. Eso no existe.
–¿Hay algún debate entre los expertos para permitir el uso de celulares mientras se maneja? Todo el mundo usa el teléfono.
–Es muy peligroso. Por eso se prohíbe el uso de celulares cuando se conduce. Insisto en que se trata de un problema de educación, de formación. Hay una ley que prohíbe el uso de celular cuando se conduce. Entonces, hay que cumplir la ley. Se debe aplicar la ley. En todo caso, en una campaña vial hay que crear conciencia primero y después penalizar, pero al fin y al cabo hay que castigar...
–De lo que vio en Paraguay, ¿qué le llama más la atención?
–Hay problemas de infraestructura vial en Paraguay y me dijeron que el Gobierno está tomando medidas para mejorar. Veo que tienen proyectos de rutas, carreteras en ejecución con el apoyo de entes financieros internacionales como el BID. El presidente Cartes me dijo que su Gobierno está empeñado en planes para poner a punto la infraestructura.
–¿Qué país de Sudamérica está mejor en infraestructura, en su opinión?
–El país que ha tenido mayor progreso en materia de seguridad vial es Argentina. En general, falta mucho para dotar de seguridad a las carreteras, pero primero hay que respetar la ley...
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