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La Decisión Nº 32/2000 del Consejo Mercado Común (CMC) obliga a los Estados Parte del Mercosur “a negociar en forma conjunta acuerdos comerciales con terceros países o agrupaciones de países extrazona, en los cuales se otorguen preferencias arancelarias”.
Esta decisión es vista por la industria paulista como una camisa de fuerza, porque “impide al Brasil negociar individualmente acuerdos de libre comercio con otros países o bloques”.
Al respecto, el excanciller José Antonio Moreno Ruffinelli indicó que se debe evaluar muy bien si conviene hacer negociaciones individuales o en forma colectiva. “Lo que se quiere es tener flexibilidad, posición que es compartida con los demás socios en general, como Uruguay y el Brasil, pero debe estudiarse muy bien en el ámbito técnico en el Gobierno”, dijo el excanciller.
Esta situación llevó al presidente del Senado de Brasil, Renan Calheiros, a proponer el jueves último al gobierno de Dilma Rousseff dar por terminada la Unión Aduanera del Mercosur, para permitirle a su país negociar libremente otros acuerdos comerciales.
Moreno Ruffinelli opinó que el fin de la Unión Aduanera significa que el bloque deja de tener Arancel Externo Común entre los socios y supondría que puedan acordar tratados de libre comercio individualmente.
Sin embargo, este viernes el legislador brasileño se retractó “después de las críticas” del gobierno de Dilma y retiró su propuesta de terminar con el Mercosur, como punto de la agenda del Partido do Movimiento Democrático Brasileiro, aliado del oficialismo, presentada al Ejecutivo para combatir la crisis económica.
En su nueva propuesta, refiere el diario Folha, Calheiros habla de instalar la discusión de “nuevas reglas para expandir las posibilidades de firmar acuerdos bilaterales y multilaterales”.