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Ramírez Boettner indicó que la aseguradora público-privada Sace (Sezione Speciale Per L’assicurazione del Credito All’esportazione) pagó 67 millones de dólares y de esa manera los títulos de la deuda pasaron a manos del Estado italiano. Por ese motivo, indicó que Paraguay debe conversar con Italia y con Suiza, donde nuestro país perdió el caso judicialmente.
Indicó que su postura siempre fue recurrir a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, con sede en Holanda, si es que fracasaban las negociaciones diplomáticas con los dos países europeos.
Agregó que el Paraguay en todo momento debe informarles a los negociadores de Italia y Suiza que nuestro país no pagará un peso de la deuda que reclaman.
Manifestó que si los gobiernos de Suiza e Italia “quieren dar por terminado el asunto, está muy bien. Pero no se puede pagar un fraude”, que fue rechazado por los tres poderes del Estado paraguayo, reiteró el excanciller.
Denegación de justicia
Ramírez Boettner apuntó que el caso queda a cargo de la Cancillería paraguaya y la decisión presidencial de ir a demandar a Suiza por denegación de justicia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
“He opinado varias veces que la deuda no se debe pagar, es un fraude que no se puede pagar; entonces hay que recurrir a La Haya para demandar a Suiza por denegación y no a los diez bancos internacionales que le demandaron al Paraguay ante los tribunales suizos”, expresó.
Recordó que existe una declaración del Senado paraguayo de 2005 que declara como “espuria” la deuda contraída por el argentino Gramont Berres, cuyo nombre verdadero es Benjamín Levy Avzarradel, nombrado embajador en misión especial por la dictadura del general Alfredo Stroessner.
“Los tribunales suizos han actuado mal. No han hecho justicia, es decir nos denegaron la justicia porque no han reconocido la inmunidad del Estado paraguayo, no han reconocido que existió un fraude, a pesar de todas las pruebas que se presentaron, que eran determinantes”, remarcó el excanciller nacional.