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La esposa del diputado y senador electo liberal Dionisio Amarilla, Analy Rossana Valiente Martínez, fue nombrada como directora general de Control de Declaraciones Juradas de Bienes, de la Contraloría General de la República.
La mujer, hasta que explotó el escándalo de planillerismo en la Universidad Nacional de Asunción en el 2016, se desempeñaba como funcionaria privilegiada de la institución, donde su marido estuvo por muchos años como administrador. Percibía un ingreso de G. 9.178.988 como jefa de Departamento y docente.
Al verse salpicada, Valiente renunció a la UNA y rápidamente logró su nombramiento como nueva funcionaria de la Contraloría General de la República, con un salario superior a los G. 15.000.000, posiblemente ya a instancia de su marido, el diputado Amarilla.
En las últimas semanas, el legislador que fue electo senador en abril pasado como aliado del presidente del PLRA Efraín Alegre, inició un acercamiento al sector de Blas Llano, muy cercano al oficialismo colorado liderado por Horacio Cartes.
Curiosamente, a escasos días de dicho paso político, su esposa Valiente Martínez recibe un importante nombramiento en la Contraloría.
Amarilla también habría maniobrado para lograr el nombramiento de su cuñado Jacinto Martínez, con cargo de director e ingreso mensual de G. 5.500.000 en la misma institución.
Justificar bienes
El diputado liberal Dionisio Amarilla es uno de los tantos políticos de muy buen pasar económico y cuya declaración jurada de bienes la ciudadanía quiere conocer. Posee en Fernando de la Mora una residencia que estaría valuada en unos 300.000 dólares; entre el 2014 y 2017 estrenó lujosos vehículos por valor de unos US$ 250.000; y desde hace una semana se lo ve al mando de una camioneta Land Cruiser modelo 2018.
Se le atribuye una casa quinta construida en un terreno de 4 hectáreas en Ñemby; un barrio cerrado que le estaría redituando en alquiler unos G. 100 millones mensuales; y se lo vincula a la empresa constructora BGF SA que en cinco años logró contratos por G. 122.000 millones con la Gobernación de Ñeembucú, de su correligionario Carlos Silva.
Amarilla era un humilde y entusiasta dirigente estudiantil de la Facultad de Economía que comenzó su carrera laboral como contratado en la UNA, de la mano del exrector Darío Zárate Arellano.
Gracias a su cercanía con la máxima autoridad rápidamente se ubicó como administrador de la institución, cargo en el que se atornilló por dos décadas.
En el 2013 fue electo diputado por Central.
Parte de un acuerdo político
El nombramiento de la esposa del diputado y senador electo Dionisio Amarilla (PLRA) como directora de Control de Declaraciones Juradas de Bienes y Rentas de la Contraloría formaría parte de un acuerdo político que incluiría aportar votos a favor de la renuncia del presidente Horacio Cartes.
También dará la mano al contralor Enrique García (imputado). En marzo, Amarilla ya había manifestado que la Cámara de Diputados debería rever el juicio político impulsado contra García, quien está imputado por lesión de confianza en el caso de la demanda de la verificadora de vehículos Ivesur contra la Municipalidad de Asunción. García era asesor jurídico, y no recurrió una condena que afecta a la Comuna.