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Dijo que es llamativo porque, si iban para microfilmarse en Buenos Aires, ello debió responder a todo un protocolo y procedimiento institucional y se debía saber públicamente dónde y cómo se haría. “Se tendría que haber embalado y asegurado. Además estas no son cosas que se llevan en el fondo de una valija”.
Insistió en que se tendría que haber hecho a nivel institucional y no una persona particular, por muy buena intención que tenga.
“Esto es lamentable porque indica un descuido total y poco respeto a nuestro patrimonio. ¿Será que forma parte de un programa de microfilmación del Museo Militar?”, preguntó.
Por experiencia, comentó que, cuando se expuso parte de su colección en Francia y España, fue todo un trámite, un acuerdo que hizo la embajada en forma oficial con Cancillería y se tomaron todos los recaudos. Lo mismo pasó en la Casa de la Independencia en el proceso de conservación de documentos originales y su escaneado para la exposición en las vitrinas.
“Me llama la atención esta sucesión de hechos, de atentados contra el patrimonio como los de Piribebuy, Itauguá, Altos, Valenzuela, Mercado de Itá y ahora esto. Demasiado en tan poco tiempo. Alguien se tiene que hacer responsable”, dijo.