Enseñaron la cultura del trabajo

Gran parte de la población La Colmena se dedica a la horticultura y fruticultura, labor heredada de los primeros inmigrantes japoneses, que llegaron a nuestro país en 1936, quienes a lo largo de su estadía se encargaron de instalar una ejemplar cultura del trabajo, además de desarrollar toda esta zona.

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Más del 50% de su población es nikkei (descendiente japonés), y los nombres de sus principales calles hacen honor a los inmigrantes que se asentaron en la colonia. Algo muy particular de este lugar del interior del país es que sus habitantes se comunican mezclando el guaraní, español y japonés. Su ubicación geográfica le permite ser el puente de conexión con el Salto Cristal, situado en la ciudad de Ybycuí, puesto que, para ingresar a este paradisiaco sitio, necesariamente se deben utilizar algunos tramos de La Colmena.

Tiempo atrás, el procesamiento de la uva para fines industriales, como el vino, se vio afectado por el contrabando de productos argentinos. A raíz de esto, se dejó de lado dicha actividad y la gente se volcó a otras alternativas de trabajo. No obstante, los miembros de la Cooperativa Agro Industrial Colmena-Asuncena, con el acompañamiento de la JICA, ajustan nuevamente los detalles para lanzar variedades de jugos de frutas. Así lo comenta Koichi Miyamoto, productor y vicepresidente del ente, quien resalta el gran aporte que brinda y sigue dando la segunda y tercera generación de japoneses a esta localidad del interior del país, que revitalizó recientemente el centro cultural de la Asociación Paraguayo Japonesa.

Aideé de Mitsui, propietaria del establecimiento hotelero Fujimi, con 30 años de funcionamiento, señala que registra una alta ocupación durante todo el año, debido a la frecuente llegada de turistas y familiares nikkei. Según la historia, los colonos japoneses lotearon y trabajaron en las 11.000 hectáreas que forman parte de La Colmena.

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